Una pelea entre dos de las personas que viven como 'okupas' en Sa
Tanca, y que acabó con uno de ellos recibiendo varias puñaladas,
puede haber acabado con el ambiente de 'buen rollo' que los propios
'inquilinos' de esta antigua sala de fiestas situada en la entrada
de Sant Antoni aseguraban que reinaba en el recinto a finales del
verano.
Los motivos por los que pudo tener lugar la reyerta no han sido
aún esclarecidos. El joven, de nacionalidad española y que responde
al nombre de Jerónimo G.R., de unos treinta años de edad, fue
trasladado al hospital de Can Misses tras ser hallado gravemente
herido a pocos metros de Sa Tanca, con al menos cuatro heridas de
arma blanca, una de las cuales le afectó a su pulmón izquierdo.
Según fuentes consultadas por este periódico, pese a la gravedad de
las puñaladas, la vida del joven no corre peligro, aunque su estado
es grave.
El mismo viernes por la noche, agentes de la Policía Judicial se
personaron en Sa Tanca para intentar esclarecer lo ocurrido,
examinando el escenario de la agresión y para iniciar la búsqueda
del principal sospechoso como autor de las puñaladas, compañero de
habitación de la víctima y que permanece en paradero desconocido
desde entonces. A finales del pasado verano, Ultima Hora
Ibiza y Formentera publicó un extenso reportaje acerca de
la vida de estos 'okupas', muchos de los cuales llegan a la isla
para intentar ganar algo de dinero a través de las más diversas
ocupaciones o tan sólo para descansar y, ante los precios de los
alquileres, deciden optar por este medio de alojamiento
'alternativo'.
En agosto de este mismo año, la población en la antigua sala de
fiestas de Sa Tanca llegaba hasta las sesenta personas (una cifra
superior a la actual) debido a la temporada estival, propicia para
que muchas de ellas intenten ganarse la vida en la isla. Las
nacionalidades de estas personas variaba desde la española, pasando
por la checa y la polaca. Ya entonces, los trámites para desalojar
este recinto, petición que partió de sus dos propietarios, uno de
ellos gestor de una importante discoteca de la isla, estaban muy
adelantados. Lo sucedido el pasado viernes podría acelerar dicha
decisión. Ante esta situación, los 'okupas' pedían que, en el caso
de llegar a esta situación, los encargados de su deshaucio lo
hicieran «pacíficamente».
Los habitantes de Sa Tanca, además, tenían entonces establecido
su propio sistema para salvaguardar la buena convivencia en la
comunidad, celebrándose asambleas para decidir la expulsión de
aquellas personas que ocasionaran problemas. En el interior de la
antigua sala de fiestas, situada a escasos metros del retén de la
Policía Local de Sant Antoni, el recinto estaba dividido aunque sin
puertas. Aquellos que disponían de una dormían en tiendas de
campaña, mientras que el resto lo hacía sobre colchones o en sacos
de dormir. Durante el día de ayer, fuentes de la Policía Local de
Sant Antoni señalaron que alrededor de Sa Tanca se respiraba la más
absoluta tranquilidad a pesar de lo ocurrido apenas medio día
antes.
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