Las detenciones de Tarragona fueron posibles por un barco embarrancado

La Guardia Civil de Almería sospechaba de un grupo de personas que podían dedicarse al tráfico de esta sustancia estupefaciente pero, conscientes de la dificultad de desembarcarla en Andalucía debido a los controles para impedir el paso de inmigrantes ilegales, los investigadores aceptaron la posibilidad de que los traficantes buscaran otros destinos para desembarcar la droga.

El pasado día 16 de febrero, un pescador descubrió una embarcación embarrancada en el Delta del Ebro, en cuyo interior se hallaron 1.800 kilos de hachís distribuidos en varios fardos. Aunque se desconocen los motivos del abandono del barco, la Guardia Civil especula con la posibilidad de que el mal tiempo impidiera el desembarco. La aparición de este barco hizo que el Gifa de Tarragona se pusiera en contacto con el de Almería al sospechar que el punto de desembarco de la red investigada en Andalucía se encontrara en la provincia de Tarragona. De este modo, se establecieron controles para intentar desarticular a la banda de narcotraficantes.

La espera finalizó el pasado jueves cuando agentes del Gifa de Tarragona irrumpieron en una masía de la zona de El Recó, en L'Ametlla de Mar, donde encontraron a los detenidos (Claudio Ismael M.B., argentino de 24 años de edad y residente en Sant Antoni; Alberto N.T., de 38 años y nacido en Granada; los almerienses José Antonio G.B., de 21 años, y Joaquín R.S., de 22, y el ciudadano ruso Valero S., de 30 años de edad) cuando se disponían a transportar parte de un alijo de casi seis toneladas de hachís a bordo de una furgoneta con matrícula de Almería.