Las huellas dactilares encontradas en una ventana han resultado
concluyentes para que la Audiencia Provincial haya condenado a
Francisco Alex Muñoz a cuatro años de prisión por un delito de robo
en casa habitada, cometido el 4 de junio de 1997 en un piso de la
calle Andalucía de Eivissa.
En la sentencia emitida por la Audiencia se especifica que dicha
huella estaba en el marco de madera de la ventana del cuarto de
baño de dicha vivienda, cuyo cristal fue arrancado. Al cotejar la
prueba con la ficha del acusado, la Policía comprobó que ésta
coincidía con el dedo índice de la mano derecha de Francisco Alex
Muñoz. La sentencia también remarca que la situación de la ventana
-empotrada en la pared a unos 20 centímetros de profundidad y a
1'60 metros del suelo- descartaba cualquier posibilidad de que el
ahora condenado hubiera dejado su huella allí de no haber sido al
entrar en la vivienda.
Durante el juicio, la defensa pidió la absolución alegando que
Francisco Alex Muñoz visitaba en muchas ocasiones la casa de sus
padres, ubicada en el piso superior, pero los jueces comprobaron
que éstos hacía más de un año que ya no residían allí, por lo que
era imposible que existiera una huella dactilar de calidad
transcurrido este tiempo.
El condenado sustrajo de la vivienda una vídeo cámara, diversas
joyas de oro, una plancha, 208 dólares (25.000 pesetas) y 70.000
pesetas en efectivo. Los efectos fueron tasados pericialmente en
203.000 pesetas. En su defensa, Francisco Alex Muñoz indicó que él
mismo residió en el inmueble aunque la Audiencia considera probado
que, si bien estaba allí domiciliado en el año 1995, reside
actualmente en los apartamentos Oasis de Platja d'en Bossa con su
compañera sentimental y su hijo.
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