José Vicente Marí Bosó, presidente del PP en Ibiza y senador autonómico | Irene Arango

Al presidente del PP de Ibiza, José Vicente Marí Bosó (Rafelbunyol, 1970), no le ha dado apenas tiempo a celebrar la contundente victoria del partido en las elecciones del pasado domingo. A pocas horas de que se cerraran las urnas, Pedro Sánchez anunció por sorpresa la convocatoria de elecciones generales. Los preparativos de la nueva cita electoral coincidirán con los de las tomas de posesión en ayuntamientos y consells, que tendrán lugar en la segunda quincena de junio. Una coincidencia que no parece estresar al habitualmente calmado Marí Bosó. Durante la legislatura que ya toca a su fin ha sido portavoz del PP en la oposición del Ayuntamiento de Ibiza y senador autonómico. Acaba una etapa y no desvela aún cuál será su futuro, aunque muchos lo sitúan en un puesto de relevancia nacional si Alberto Núñez Feijóo logra arrebatar al sanchismo el Gobierno central.

Tiene claro que «una corriente de fondo» de malestar ciudadano es la que ha logrado que el PP se imponga con contundencia en Ibiza y Formentera. Sin embargo, también apuesta por una nueva legislatura en la que la negociación con la oposición sea una realidad porque, asegura, llegar a acuerdos con el adversario político «beneficia a todos».

—¿En qué momento del recuento de votos del pasado 28 de mayo fue usted consciente de lo que estaba pasando?

—Yo creía previamente que había una corriente de fondo en la sociedad española, muy enfadada y muy cansada de que durante cinco años los llamaran a todos fascistas. Cansados de una política divisiva, una política de o conmigo o contra mí, una política de minorías y de lo accesorio. Todo esto en lugar una política de estar en lo importante, de unir, de buscar el bien común. Yo creía que existía esta corriente y eso se puso de manifiesto el 28 de mayo.

—¿Esperaba 15 concejales en Vila?

—Mentiría si le dijera que sí. Yo esperaba que Rafa Triguero obtuviera una mayoría muy amplia, 12 o 13 concejales. Lo esperaba porque esto es consecuencia de dos cosas. Por un lado, que el que está lo hace mal. Y, por otro, que el que llega propone cosas con sentido y que convencen a los ciudadanos del cambio. Además, en estos cuatro años en los que he estado de concejal en el Ayuntamiento de Ibiza he notado que había ganas de cambiar. Había ganas de cambiar lo que le decía antes: unas políticas divisivas, soberbias y que no entendían a todo el mundo.

—Es curioso que Rafa Ruiz saliera a reconocer la derrota mucho antes de que acabara el escrutinio y afirmó que él no esperaba este resultado. Dijo algo así como que él no había hecho esta lectura en la calle.

—Pues es que él no estaba en la calle. Si te tiras cuatro años poniendo excusas, sin escuchar mínimamente… El PP ha hecho una oposición en estos años seria y contundente pero, al mismo tiempo, con alternativas. Y no han querido escuchar ninguna.

—¿Hay otros factores que hayan propiciado esta derrota del PSOE? Estamos hablando de una derrota que, además, ha sido humillante.

—Yo creo que los vecinos de Ibiza querían cambio, querían dejarse de políticas soberbias y anecdóticas que no solucionaban nada. Querían olvidarse de excusas permanentes. Además, yo espero que los vecinos de Ibiza también hayan hecho la lectura de lo que les proponía Rafa Triguero, que es positivo, ilusionante… Son las dos cosas que han contribuido a cambiar.

—Como jefe de la oposición, usted ha propuesto en esta legislatura en numerosas ocasiones poder alcanzar acuerdos en asuntos clave como la política de inversiones. Ahora que va a ser el PP el que va a gobernar, ¿usted le ofrecería a la oposición esos acuerdos que planteaba?

—Sí y estoy seguro de que Rafa Triguero lo va a ofrecer. Porque es nuestra manera de funcionar. Hemos planteado a los vecinos construir Vila entre todos, Ibiza entre todos, España entre todos. Esa es nuestra propuesta. Y, aunque no nos haga falta, vamos a sentarnos y a negociar las cosas porque es mejor para todos.

—Eso sí que es una novedad en la forma de entender y ejercer la política.

—Pues es la forma de hacer política que lleva haciendo el PP de Ibiza desde 2015.

—Sant Josep también se ha ganado y no parecía que estuviera muy claro ese resultado.

—Vicent Roig ha hecho una gran precampaña y una gran campaña. El equipo ha hecho un gran trabajo y los ciudadanos lo han recompensado. Pero todo partiendo de la base de que hay ganas de cambiar. Se ha visto en Vila, en Sant Josep y en toda España. Nosotros pedimos a los ibicencos que nos dieran mayorías amplias para no tener que depender y no tener que jugar con los extremos como ha jugado el PSOE. Cuando haces políticas mediocres te quedas a la mitad y necesitas apoyos. Y el PSOE ha necesitado el apoyo de políticas muy extremas.

—Formentera, el supuesto paraíso progresista, también se ha teñido de conservadurismo.

—¡Y yo estoy feliz! Sa Unió ha hecho un gran trabajo estos cuatro años. Es evidente que GxF y PSOE han cometido muchos errores y, además, de bulto. Con el tema de los chiringuitos, con el tema de s'Estany des Peix… Yo estoy feliz porque Lorenzo Córdoba va a ser un gran presidente del Consell de Formentera.

—¿Hasta dónde está dispuesto a ceder el PP ante Vox para pactar el Govern? Las líneas rojas de Vox son muy claras en materias como la lengua.

—El PP ha dicho claramente qué quiere en materia de lengua y qué quiere en materia de IB3. Creo que seguramente el decir que la lengua en sanidad tiene que ser un mérito y no un requisito lo puede compartir hasta el PSOE. Aunque no este PSOE. La lengua no es el único problema porque vemos que también hay otros de vivienda, de carestía de la vida y de medios. Pero yo creo que las políticas que está proponiendo el PP son bastante sensatas, transversales y de sentido común y se pueden respaldar sin problema.

—Sin apenas tiempo de recuperación, Pedro Sánchez convoca elecciones generales para el 23 de julio. A sus compañeros de Ibiza les ha hecho un gran favor.

—El mismo día de las elecciones señalé que habían hecho un juego muy sucio, que habían ido a romper la pierna al adversario político y los ciudadanos no les han respaldado en las urnas. Olvidarse de hablar de los problemas de los ciudadanos no es una buena manera de presentarse a unas elecciones. Nunca es una buena manera. Y tampoco lo es olvidarse de esos problemas para gobernar, que es lo que hicieron Josep Marí Ribas y Pilar Costa.

—La campaña ha sido muy sucia y a nivel nacional estamos viendo que puede ser aún peor. Sánchez dijo ayer [por el jueves] que PP y Vox apoyan el retorno de la explotación infantil. ¿Hasta dónde cree que pueden llegar?

—Es un sarcasmo que los responsables del descontrol de una administración tutelante de menores vengan a hablar de este tema. Es un insulto a la inteligencia. Pero, oiga, que hagan lo que consideren. En política, lo positivo es hablar de los problemas de los ciudadanos y mirar de darles solución. Es el sentido último de la política. Estamos aquí para eso. Pero estos señores, que son muy mediocres, se olvidaron de esto y prefirieron hacer una política de embarrar, montaron el chiringuito de la Oficina Anticorrupción para perseguir al adversario político y ahí está el resultado que han obtenido. Creo que por eso deberían asumir responsabilidades, solo por esa manera de actuar. Tanto Agustinet como Rafa Ruiz me pidieron a mí personalmente que el PP retirara la acusación en el caso Evangelista y en el caso Park Control porque pedían hacer política de otra manera, no judicializar la política. El PP retiró la acusación en ambos casos porque yo sí que creo que no hay que judicializar la política. Hay que resolver los problemas de los ciudadanos.

—Las redes sociales permiten a muchos ciudadanos mostrar su desconfianza en el PSOE a la hora de afrontar esta campaña y algunos hablan abiertamente de temas como los atentados del 11M. Esta gente está representada por activistas como Alvise Pérez y, como mínimo, hacen ruido.

—El PSOE ahora ha decidido que tiene que escorarse a la izquierda porque quiere comerse el espacio político de Podemos y Sumar. Pero yo quiero creer que el PSOE sigue siendo un partido de Estado, un partido central en nuestra democracia. Otra cosa es el sanchismo. Y esto es lo que hemos diferenciado nosotros. Lo que el PP propone es derogar el sanchismo, derogar una serie de políticas que han sido muy perjudiciales para nuestro país. Le hablo de la eliminación del delito de sedición, la rebaja del delito de corrupción, hacer una ley del sí es sí que es un desastre… Y todo porque Pedro Sánchez tenía que mantenerse en la silla. Esto es el sanchismo y esto es lo que hay que derogar.

—La defunción de Ciudadanos se veía venir pero sucede justo ahora, con la convocatoria de las generales.

—En 2015 hubo un movimiento propiciado por el bipartidismo. Por la izquierda salió Podemos y por el centro derecha, Ciudadanos. En su momento sirvieron para sacudir el tablero político pero, al final, seguía habiendo dos bloques, izquierda y derecha. Al final, de lo que se trata es de si el PP es capaz de representar a todo el bloque de la derecha y trascender eso porque es donde se obtienen las grandes mayorías como logra Vicent Marí. O ver si no somos capaces y nos quedamos más abajo. El PSOE tiene que ver si es capaz de hacer un partido como antaño, que sepa trascender los bloques y lograr mayorías más amplias o si se queda en las mayorías pírricas de Zapatero y Sánchez. Ese es el debate. Es evidente que, si los grandes partidos mayoritarios lo hacen bien, no tiene que haber otro tipo de partidos más allá de los que atienden alguna sensibilidad regional.

—Lo hemos visto ahora en Ibiza. Hacía años que nos habíamos olvidado de lo que era una mayoría absoluta y se daba por hecho que eso no volvería a suceder.

—Pues este ha sido el objetivo del PP de Ibiza. Abrimos el melón en 2019 con Vicent Marí en el Consell y con Marcos Serra en Sant Antoni. Nuestro interés ha sido siempre hacer políticas transversales, huyendo de los extremos y que beneficien a todo el mundo. Nos podemos equivocar, claro que sí, y nos equivocamos y pedimos disculpas, pero el interés es beneficiar a cuanta más gente mejor. Y no estoy anunciando nada.

—Si a nivel nacional el PP también gana las elecciones, ¿los ibicencos notarán rápido el cambio, dejando al margen el asunto de la burocracia?

—Esa es nuestra gran responsabilidad. Y si el cambio no se nota, fracasaremos y los ciudadanos nos abandonarán. Hemos de dar una señal clara, contundente y rápida de que, por ejemplo, sabemos arreglar el caos sanitario que ha creado Francina Armengol. Hemos de dar una señal clara, contundente y rápida de que vamos a arreglar el tema de la precariedad en el empleo, los salarios y la vivienda. Son los grandes objetivos de Marga Prohens. Y hemos de sumar la rebaja impositiva para reimpulsar la actividad económica.

—Su mandato como senador autonómico acabará cuando entre el nuevo Govern. ¿Qué va a pasar con usted?

—Lo que pase conmigo no es importante. Yo siempre digo que los candidatos aportamos bastante poquito. Lo importante es que haya un proyecto político fuerte y que responda a las responsabilidades de los ciudadanos. En las próximas semanas adoptaremos las decisiones sobre candidatos. Al ser elecciones generales, es el comité electoral nacional el que adopta estas decisiones. El presidente, Alberto Núñez Feijóo, ha sido claro al respecto. Cree mucho en la autonomía de los territorios y así ha quedado claro a la hora de confeccionar las listas autonómicas y municipales. Pero para las listas nacionales, evidentemente, es responsabilidad de la dirección nacional.