Hubo un tiempo en que los jóvenes de la isla acudían al conocido como Casino des Moll para participar en sus conocidos bailes, relacionarse o disfrutar de las numerosas actividades culturales que allí se organizaban. El 2 de febrero de 1923 se firmaban las actas de constitución de la Sociedad Cultural y Recreativa Casino de Ibiza, popularmente conocida como el Casino des Moll. Cien años después, la actual junta directiva y los socios de la entidad quieren compartir con todos los pitiusos este aniversario tan especial.
En la historia del Casino des Moll existen varios nombres a destacar. Uno de ellos, el de Joan Torres Roig, antiguo presidente del Círculo Artístico, una sociedad anterior de la que el Casino heredó estatutos y socios. De hecho, en su biblioteca actual pueden encontrarse libros «antiquísimos» heredados del Círculo Artístico de Ibiza.
«Realmente, podríamos decir que no solo tenemos 100 años de actividad, sino que rondamos ya los 150 años de historia», puntualiza el actual presidente, Joan Marí Botja, quien reconoce que forma parte de una junta directiva en la que «todo lo hacemos entre todos» porque «creo que es la manera con la que deben funcionar este tipo de instituciones». Botja celebra que en estos últimos tiempos están recibiendo la llamada de muchos jóvenes, interesados en ayudar y colaborar con la entidad.
En la actualidad, este club social cuenta con unos 150 socios. «Me resulta muy gratificante hablar con gente joven y que recuerden que, cuando eran pequeños, iban al Casino a jugar al ajedrez o a ver una obra de teatro. Me sorprende el arraigo tan fuerte que tiene entre la sociedad de Vila y en toda la isla», explica el presidente.
Según Marí, este tipo de sociedades surgieron siglos atrás con el objetivo de acercar el mundo de la cultura a las clases más populares. Con una sociedad completamente cambiada, uno de los retos de la actual directiva es adaptarse a las nuevas necesidades y requerimientos de la población ibicenca. «Estamos dando pasos y la gente está muy ilusionada, que es lo más importante», insiste. Los interesados en sumarse al proyecto tan solo deben abonar una cuota que ronda los siete euros mensuales y contar con referencias de dos socios.
Historia
En 100 años de historia son muchas las vicisitudes que ha sufrido el Casino des Moll. Las más recientes, las acontecidas durante la pandemia de coronavirus, cuando algunos pensaban que las restricciones iban a suponer el fin de este club.
Según se relata en su página web, ya en 1925, y por decisiones de la directiva de aquel momento, llegó a aprobarse la disolución de la sociedad cultural, aunque en la práctica no llegó a producirse. Además, entre las curiosas modificaciones de los estatutos, se estableció que en el local social podían entrar los hijos de los socios, siempre que no jugaran a cartas. En 1931, llegó al Casino la primera radio.
Sin duda, uno de los periodos «más negros» de su historia fue la Guerra Civil, cuando sus libros de actas se convirtieron en cuadernos de anotaciones sobre entregas de gasolina y recogida de armas de fuego. Incluso la sede llegó a ser un punto de reparto de gasolina, siendo las autoridades republicanas las responsables de esta actividad, según los documentos de la época. Ya en 1940, la sociedad pudo recuperar su actividad habitual.
Otro momento importante es el año 1976 cuando, debido al estado ruinoso del edificio, se acordó su compra, derribo y posterior edificación, lo que se llevó a cabo no sin dificultades y debiendo acudir a los tribunales.
En 1985, el Club de Ajedrez se integró en la sociedad, que también contó con el conocido Grupo de Teatro del Casino des Moll.
Actividades
Joan Marí, el actual presidente, recuerda que durante estos días «mucha gente» está contactando con ellos para felicitarles y animarles a seguir. También, para trasladarles la «enorme estima» de la sociedad ibicenca.
Este 2 de febrero por la tarde, en la sede del Casino des Moll se organizará un sencillo acto conmemorativo y será el domingo cuando los socios acudirán a una misa en la parroquia de San Salvador que será presidida por el obispo Vicente Ribas y que servirá de homenaje a los socios fallecidos. Una comida de hermandad en el Club Náutico Ibiza cerrará la jornada, aunque antes se llevará a cabo un emotivo reconocimiento a una de las socias más antiguas, la centenaria Pura Riera. Dos de los antiguos presidentes de la entidad, Neus Planells y Pedro Guasch Cañas, rememoran también sus años al frente del Casino des Moll.
«Pasamos una época muy buena, con un grupo de teatro o de filatelia. Después, hubo momentos difíciles porque económicamente íbamos apretados, lo que nos obligó a alquilar el piso de arriba», recuerda Guasch Cañas.
Según reconoce, nunca han tenido deudas, pero, en algunos momentos, los directivos han llegado a poner dinero de sus bolsillos para saldar algunos pagos. «La pandemia nos partió por la mitad», lamenta.
Neus Planells destaca que, lógicamente, en tantos años de historia ha habido altibajos, aunque siguen teniendo el «balcón más bonito de Ibiza y estar allí es un placer». «Salir a ese balcón es vivir Ibiza», concluye con emoción.
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