Elena Serra Tur, en la imagen, ha impulsado esta campaña de recogida de firmas. | Daniel Espinosa

Ni las sesiones de quimioterapia ni la radioterapia han impedido que Elena Serra Tur pierda un ápice de su energía para luchar por su objetivo: mejorar el servicio de Oncología del hospital Can Misses.

Elena Serra, diagnosticada de cáncer de pulmón desde agosto de 2017 y con metástasis en la cabeza, lleva hasta ahora recogidas más de 1.300 firmas para pedir un refuerzo de Oncología, ahora con cinco oncólogos en plantilla, pero de los que dos se encuentra en reducción de jornada. Uno de ellos sólo pasa consulta los lunes y los martes.

De los tres oncólogos que se trabajan a jornada completa, dos de ellos son contrataciones recientes que se están poniendo al día en el funcionamiento de la unidad, y el tercero es el jefe del Servicio, el oncólogo Sergio Sánchez, que trata a Elena y del que habla maravillas.
«Es un superman. Le aprecio mucho. Es un luchador nato. Me conoce y sabe mis problemas. Con mi oncólogo me siento muy segura», afirma a Periódico de Ibiza y Formentera.

Elena no oculta que teme que su especialista, que le ha llevado todo el proceso de la enfermedad desde el inicio, decida marcharse ante la situación del servicio y ése ha sido uno de los motivos de su iniciativa.

«Un día vi cómo estaba el oncólogo. Llegó a atender a 40 pacientes en un día y le dije que iba a tratar de ayudarle, que iba a echarles un cable. Soy una persona muy activa y decidí hacer una recogida de firmas para que no se queden sin oncólogos y disponer de más recursos humanos. Debería cuidarse más el servicio, tanto a los médicos como a las enfermeras. Es uno de los servicios más humanos del hospital», dice.

Reclama que se cubran las medias jornadas de los dos oncólogos en reducción laboral familiar y que el Servei de Salut balear contemple un aumento de la plantilla con la incorporación de un sexto especialista.

Peor que en Menorca

Las comparaciones son inevitables y pone como ejemplo Menorca, con cinco oncólogos y con una población, según el último censo de 2018, de 84.703 habitantes, cuando Ibiza y Formentera superan las 150.000 personas. «Ibiza tendría que tener una plaza más de oncología», defiende.

Elena conoce bien el funcionamiento del servicio de Oncología, ya que desde septiembre de 2017 se encuentra en tratamiento contra el cáncer.

Ha recibido sesiones de radioterapia y ahora se encuentra recibiendo quimioterapia. Lleva 37 sesiones, las cuales han frenado el avance de la enfermedad.

No tiene queja del servicio ni de los médicos, ni de las enfermeras del Hospital de Día, donde recibe las sesiones de quimioterapia, pero sí que comprueba la elevada carga de trabajo existente en un servicio de estas características: el tratamiento de los enfermos de cáncer.

«Los oncólogos que trabajan en el hospital tienen una carga excesiva de trabajo. Debido a esto, hay retrasos en las consultas y en los tratamientos. Los profesionales que trabajan tienen una mayor presión y una situación de estrés bastante visible», recoge el escrito de Elena, que ha difundido en comercios de diferentes puntos de la isla y con el que ha conseguido recoger más de un millar de firmas.

En el texto demanda «el apoyo que necesitan nuestros profesionales de Oncología para seguir realizando su trabajo adecuadamente, sin la presión y el estrés que a todos nos afectan, pacientes, familiares y profesionales».

Listas de espera

Elena recuerda que Oncología «no se puede permitir la lista de espera». Asegura que la carga de trabajo no es sólo de los médicos sino también de enfermería, el personal del Hospital de Día donde se realiza las sesiones de quimioterapia.

«Van de bólido», dice. «A veces me he tirado allí toda la mañana. Mi tratamiento es cortito, pero no me puedo enfadar con ellas porque son amores del alma. Es impresionante la vocación y la paciencia que tienen», explica.

Asegura que sólo en una ocasión su médico se ha enfadado con ella: «Fue cuando me tomé un producto natural que podría haber sido contraproducente para el tratamiento».

«Ibiza, con las manos atadas»

Seguirá recogiendo firmas, aunque reconoce que, a veces, «no puede más». La entrevista fue el jueves pasado y el miércoles por la mañana estuvo en Can Misses recibiendo una sesión de quimioterapia.

No obstante, seguirá luchando para que se refuerce el servicio y asegura que está dispuesta incluso a irse a Palma, a las dependencias del Servei de Salut, para entregar las firmas.

«Aquí están con las manos atadas. Eso sólo lo puede hacer el Govern, en Mallorca», dice.
Elena tiene una incapacidad laboral a consecuencia de su enfermedad, pero asegura que cuando se recupere quiere volver a trabajar como celadora en el Hospital Can Misses. «Me pienso curar y volver a trabajar», apunta.