Pactos, negociaciones, investidura… todo esto estará presente en muchas mesas de Navidad durante este 2019, como en años anteriores. Y es que aunque abunde el bipartidismo de carne o pescado, las pequeñas formaciones también tienen su hueco en la mesa de comensales.
Por un lado, el pacto entre cochinillo y cordero lechal (no por el cachorro de Albert Rivera) parece que está cerrado, pero necesitará el apoyo de los turrones, mantecados y polvorones, especialmente los de limón; y también le vendría bien el respaldo de más capón y hasta la reivindicativa y nunca desaparecida la pularda existe. Por el otro, no se descarta el acuerdo de la gamba, la cigala y la morralla, que han subido su apuesta, y proponen un pacto constitucionalista, por el sabor a mar sobre la mesa.
Todo esto que se está debatiendo en los pasillos de los mercados de toda España y Eivissa, como no podría ser de otra manera. Carnicerías y pescaderías hacen sus mítines para atraer a su particular electorado, predominado por el voto femenino, que es quien afirma que constituirá el ejecutivo en la cocina.
Mayor presencia femenina
Margarita Planells es una de esas electoras conservadoras que siempre apuesta por «platos tradicionales: asado, cochinillo asado y salsa de Navidad de postre». En su caso, no le tocará modificar el programa a causa de las tendencias vegetarianas o alérgicas en su partido, ya que no las hay. «Normalmente cocino yo, y aunque tengo algo de ayuda, soy la que más faena hace», sentenció, en un claro guiño a que sus compañeros de filas arrimen el hombro.
Pese a que quedan unos días para las pascuas, Planells visitó el mercado en un acto de campaña para tener vigilado el pescado, porque «después si hay mal tiempo no sé si habrá más pescado o si las barcas saldrán a faenar».
Las votantes resignadas estarían representadas por Elena. En su caso le gustaría «innovar, hacer platos diferentes o recetas de internet» pero debido a la falta de consenso termina por apostar por los de siempre, «las recetas típicas». En esta ocasión, la visita al mercado se debe a que quiso amarrar algunos escaños con el encargo de los ingredientes necesarios para hacer caldo de Navidad, un capón de segundo y canelones para el día de San Esteban, pero se muestra indecisa sobre qué cabeza de lista presentará para la Nochevieja. «Yo me encargo de cocinar en casa, los otros solo vienen a comer, aunque la Nochebuena libro y se ocupa mi hija», concluyó Elena, mientras pedía el apoyo de las bases masculinas.
Javier Prieto es uno de esos electores atípicos difícil de prever en las encuestas, puesto que, por un lado se indicó que se encargará a de la cocina en estos días, por el otro afirma un cambio en su intención de voto. «Otros años hemos comprado antes, pero este prefiero esperar a última hora para no tener que congelar». Y es que este castellano afirma que optará por el regionalismo y hará un asado propio de su tierra, aún así confesó que lo que ha venido a ojear son las gambas rojas ibicencas.
Subida de precios
José Antonio es carnicero y, al igual que en las elecciones del 10-N, cree que los indecisos de última hora jugarán un papel importante. «La gente no se adelanta, eso son tonterías, solo se compran algunas cosas por si luego no hay», explicó. En su partido aseguran que mantienen su postura con respecto a los precios, aunque según sus últimos sondeos, ha habido un repunte en el cochinillo, el cordero lechal y las pulardas, que «ya no se suelen usar», pero «el resto es lo mismo».
Consciente de que su propuesta política forma una miscelánea peculiar entre curtidos y dulces navideños, Berni Martínez, incidió en que su puesto notó «una subida en el volumen de ventas en los últimos días». «Lo que más se compra son polvorones, mantecados y turrones, los productos propios de Navidad”. Esa amalgama de productos hace que el gasto por elector ronde desde los 10 a los 60 euros por cabeza.
El hastío y, sobre todo, la indecisión de última hora provoca que haya «muy poca gente en el mercado», así lo comentó Carmen, pescadera. Aunque reconoce que algunos votantes ya optaron por las gambas la semana pasada.
En un ejercicio de transparencia, afirma que los precios en los últimos días han cambiado «una brutalidad». «Estos días me han avisado que en la lonja de Vigo, la cola de rape ha subido 10 euros por kilo, a lo que hay que añadir el transporte, el IVA, etc.», y anima a acudir a las urnas del mercado antes.
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