Todos los lunes, en una salita acristalada junto a la entrada del polideportivo de Puig d'en Valls, se reúne el grupo de ganchillo. Hay quien dice clase. Mari Ángeles Ferrando hace las veces de maestra cuando surge alguna duda de algún patrón, pero cada una de las integrantes va haciendo sus proyectos y se ayudan unas a otras, así que no lo llamaremos clase. Más bien son eso, un grupo de mujeres encantadoras (perdón por el subjetivismo) que quedan para hacer ganchillo los lunes de 17.00 horas a 19.30 horas.
Llevan cuatro años con este taller que nació, como idea, en la peluquería de Mari Ángeles. Allí acudían las vecinas regularmente a hacer consultas de costura y ganchillo. Las visitas contínuas suscitaron la idea de crear el taller, se lo plantearon al Ayuntamiento de Santa Eulària que les cedió el espacio y las ubicó en el organigrama como ‘Grupo de terapia social'. En el fondo también lo es, según confiesan. «Nos contamos nuestras cosas entre punto y punto y de vez en cuando, como estamos mal alimentadas, alguna trae merienda para todas», comentan mientras se ríen a carcajadas.
De sus manos ya han salido chaquetas, faldas, calcetines o manteles. «Hace un tiempo Chiqui quiso hacer una chaqueta y todas nos hicimos una chaqueta, tropecientas chaquetas salieron», cuentan a modo de ejemplo. Eso sí, todo bien hecho, de ello se encarga Mari Ángeles que les «obliga» a hacer y deshacer continuamente. «Fent i desfent s'ensenya a sa gent», responde a las quejas que surgen del grupo en tono de guasa.
El grupo ha ido creciendo poco a poco, unas vienen más y otras menos. «Aquí no pasamos lista», indican. No se paga ninguna cuota, simplemente hay que ir con ganas de aprender y pasar un buen rato. En la sala hay espacio y sillas de sobra, por lo que están abiertas a recibir a cualquier nuevo integrante.
Marina Piacentino es la última incorporación al taller. Recién llegada de Argentina (lleva dos meses en la isla) ha encontrado en este taller una forma más de integrarse en la sociedad que la acoge. Lleva dos semanas en el taller, con el que ha descubierto el ganchillo y un grupo de amigas. De momento hace y deshace una cadeneta. La labor irá ganando en complejidad hasta que controle los puntos básicos y pueda hacer sus patrones.
Pero de este grupo no salen solo proyectos particulares. Mari Ángeles regaló un mantel con la Sagrada Familia para la parroquia del pueblo y todas colaboraron hace un tiempo para hacer distintas labores para una rifa de Cáritas.
Este año han puesto en marcha un regalo para el pueblo. Es su primer gran trabajo en equipo y anuncian que no será el último. El secreto se desvelará esta tarde en el Centro Cultural de Puig d'en Valls.
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