Los hechos juzgados ayer se remontan al 10 de octubre de 2016. H.F., de 23 años, está en prisión provisional desde el 18 de octubre y compareció por videoconferencia desde Palma. Éste acusado fue condenado a dos años de cárcel. El otro acusado, C. S., de 30 años, fue condenado a un pena de 1 año y 3 meses, al tener en cuenta el atenuante de confesión.
La titular del juzgado de lo Penal número 1, Clara Ramírez de Arellano, dictó la sentencia in voce después de que los acusados reconocieran los hechos y ratificasen el acuerdo de conformidad pactado previamente y que suponía una rebaja de la pena, ya que el Ministerio Fiscal solicitaba en un principio tres años de cárcel. El tribunal también acordó dejar en suspensión el cumplimiento de la pena durante un periodo de dos años, una medida que será automáticamente revocada si los acusados vuelven a delinquir.
La sentencia también recogía una indemnización de 1.230 euros para el responsable de una de las embarcaciones asaltadas. La mayoría de los propietarios denunciaron los daños sufridos y el robo de algunas joyas, dinero en efectivo y equipos tecnológicos como ordenadores portátiles, tablets o elementos de navegación.
Cazados
Las cámaras de seguridad de las instalaciones portuarias captaron la acción de los dos jóvenes y en ella se aprecia como H.F., reventaba y accedía a los yates mientras C.S., le esperaba en las inmediaciones para huir con una motocicleta.
La detención de estos dos jóvenes desencadenó una investigación que destapó un entramado delictivo de mayor envergadura y con el que los dos acusados podrían estar relacionado en otros hechos delictivos. Así, tras la detención de estos jóvenes, la Policía Nacional detuvo a otros dos individuos en Vila en el marco de la denominada como ‘Operación Pantalán'.
Los dos últimos detenidos eran los propietarios de una tienda de Vila en la que la policía recuperó unos 40 ordenadores, tabletas y 150 teléfonos de alta gama que estaban denunciados por robos.
5 comentarios
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Solo bastaria una cosa: Que la reincidencia en el delito multiplicara la condena.
Lo que realmente sorprende en este caso, y en otros semejantes con robos en viviendas, es lo barato que sale delinquir en España. Desde mi humilde opinión hace falta una reforma del Código Penal donde se endurezcan las penas y los delincuentes se lo piensen dos veces antes de actuar.
A quienes tienen que condenar es a los que roban en las viviendas de la clase trabajadora, que son los más traumáticos. No digo que no esté mal robar en los yates, pero no se puede comparar lo que representa el valor del material de un yate para su dueño, que el valor de lo que representa cualquier cosa para un pobre trabajador.
Pues a estos dos le quedan 996 y 9 meses...
Quien roba a un ladrón mil años de perdón...