«Ibiza será así una ciudad que ofrece segundas oportunidades. Una ciudad moderna, solidaria y europea», así resumió Joan Ribas, teniente de alcalde y concejal de Benestar Social de Vila, el nuevo proyecto para el centro de acogida temporal presentado ayer en el Cetis y que se ubicará en el antiguo retén de la Policía Local.

Vila calcula que el presupuesto que destinarán asciende a 1,4 millones de euros, pero precisaron que aún no es un proyecto definitivo, por lo que esa cantidad puede variar para llevar a cabo este centro «ideal» de 865 m² útiles destinado a reinsertar a sus usuarios en la sociedad de una manera digna y respetando su intimidad. Está previsto que conste de cinco plantas y estará ubicado donde actualmente se halla el viejo recinto de la Policía Local cuyo edificio deberá ser derribado por no cumplir con las normativas vigentes y, como señaló Elena López, concejala de Territori i Vies Públiques, «el edificio tenía una vida útil muy corta porque no cumple con las normativas de seguridad». Ribas, al ser preguntado sobre por qué no se cambió la localización del centro ya que tenía que derribarse y hacerse desde cero cuando había vecinos que no estaban de acuerdo con tenerlo cerca, señaló que «porque ese es un solar que es del Ayuntamiento; el Ayuntamiento no tiene demasiado solares para hacer infraestructuras de este tipo y porque consideramos que es adecuado y es importante que estén ubicados dentro del tejido social de la ciudad. Es un centro que no aportará ningún tipo de problema para los vecinos, por lo tanto, no hemos considerado en ningún momento cambiar la ubicación porque consideramos que es perfecta y es un solar nuestro. El edificio no servía para nada más y, aunque se usara para otra cosa, habría tenido que ser demolido igualmente». Además, el hacerlo de nuevo «nos permite una construcción sin ningún tipo de condicionamientos».

Durante la rueda de prensa se aseguró que este punto de acogida, con entrada por Abad y Lasierra, tendrá por objetivo respetar la dignidad de las personas y su intimidad destinado a que los usuarios recuperen sus capacidades sociales y laborales con el fin de que consigan casa y trabajo. Contará de 32 plazas, 12 plazas más de las actuales, y un total de 20 habitaciones, incluyendo una para personal del centro y nunca superarán las dos personas por habitación; un telecentro, para poder autogestionarse, formarse y buscar trabajo -ya que hoy en día internet es una gran fuente de ofertas-; un centro de día, una pequeña biblioteca, un archivo, un patio interior, un comedor para todos los usuarios, un salón de reuniones abierto a cualquier necesidad del barrio y un servicio de guardarropa destinado a proveer a los usuarios en caso de necesidad. También contará con una cocina totalmente equipada para que puedan llegar a organizarse ellos mismos y cocinar su comida. Se ha tenido en cuenta la premisa de que cuanto más personalizada es la atención, más posibilidades de éxito tienen en sus planes de trabajo y recuperar la confianza mediante la autogestión. López y Ribas explicaron que han visitado este tipo de centros de acogida temporal de Palma y que funcionan adecuadamente.

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Los beneficiarios de esta acogida temporal serán derivados por los Servicios Sociales con una aproximación de cuanto tiempo se quedarán allí hasta que consigan casa y trabajo con un máximo de tres meses. Cada habitación tendrá una cama, un armario y un escritorio. Contarán también con duchas y baños individualizados en cada planta y dos de las habitaciones estarán adaptadas a necesidades especiales con duchas y baños propios. Como no es un alojamiento definitivo se les ofrecerá a los usuarios un servicio de consigna para guardar sus pertenencias.

El centro contará con un coordinador-director, que será un trabajador social, otro trabajador social, un auxiliar administrativo a media jornada y una persona de limpieza exclusiva. El centro de día estará abierto las 24 horas, por lo que podrán pasar el día allí y no en la calle.

Por su parte, la portavoz del PP de Ibiza, Virginia Marí, recordó que ya alertaron en un pleno que el edificio «no se podía adaptar para albergue». «Lo avisé y ahora nos dan la razón», precisó la popular, que considera que para tirarlo abajo y levantar un nuevo «es mejor buscar otra parcela para hacerlo». Desde el PP consideran que esta decisión «es un error y más cuando el coste es de 1,5 millones de euros».

Por otro lado, López aseguró que «es un edificio desfasado, antiguo que hoy por hoy se queda fuera de las normativas vigentes en materia de seguridad, de accesibilidad, de los mínimos exigibles para un proyecto como este». Data de los años 70 y en los 90 se le agregó una planta más, por lo que «ya está soportando una carga que no esta pensada en un primer momento». Tras estudiarlo se dieron cuenta que no era viable su reforma ya que de hacerlo «se nos quedaba un espacio que no podíamos aprovechar». Por eso se decidió derribarlo. La concejala sostuvo que el proyecto de derribo está acabado. En los próximos meses se llevará a cabo la licitación y los trabajos empezarán seguramente después del verano con un coste aproximado de 100.000 euros, con lo que el presupuesto subiría a 1.500.000 euros a la espera del proyecto definitivo. La previsión es que el centro esté listo a lo largo del próximo año.