Según informaron ayer fuentes municipales el precinto se instaló atendiendo un informe del celador de playas que «advierte de la posibilidad de nuevos desprendimientos, después de que hace unos días cayeran en este lugar trozos de pared, sin causar daños personales».
Sin embargo, los responsables de seguridad de los establecimientos de la zona señalaron al PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que el desprendimiento se produjo el pasado 27 de julio.
Apuntaron que el bloque cayó sobre las toallas de unas chicas «a las que no les pasó nada porque estaban bañándose en ese momento». Fueron los propios trabajadores los que instalaron un precinto de seguridad que ahora ha sido cambiado por el de los técnicos municipales.
El consistorio apuntó ayer en un comunicado que se ha «estimado oportuno actuar en el espacio para prevenir el acceso a la zona amenazada».
Los bañistas colocan sus toallas en el mismo límite de la zona acotada y son muchos los que aprovechan la sombra en la zona contigua al desprendimiento, un terreno que también entraña un riesgo.
El Ayuntamiento de Sant Josep ha enviado el informe del celador al Departamento de Costas para que se que tomen las medidas oportunas con «urgencia» e hizo un llamamiento a la prudencia de los bañistas para respetar la zona señalizada.
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Otra playa ke van a destrozarnos por tener miedo de que el turismo no venga más.