Me encanta esta calita, aunque alberga tantas ventajas como inconvenientes... Por un lado tienes suficiente tranquilidad y unas vistas sin igual, pero por el otro están todas esas piedras que molestan al caminar. Y también el exceso de hamacas de alquiler, que quitan espacio a los que queremos tomar el sol sin tener que pagar 24 € por pareja. Además, de unos años para acá la expansión urbanística de cala Tarida se está dejando notar y esta cala ya no es aquel idílico rincón de antaño. Aún así merece la pena, sobre todo para escapar del bullicio de playas tan masificadas como cala d’Hort, cala Bassa, etc. Y, lo mejor, esperar hasta el final de la tarde, cuando el sol se apaga en el mar incendiando el islote de s’Espartar.
PLAYAS DE AUTOR
CALA MOLÍ: Una de cal y otra de arena
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