Presentación del encendido de un repetidor de TDT a cargo de Xico Tarrés y Pilar Costa. | Marco Torres

Pocos recordarán ya que en junio de 2009 el gobierno progresista anunció la creación de la primera televisión pública de Eivissa, un proyecto que ahora, en los tiempos de crisis y de parálisis de la Administración que vivimos, suena absolutamente descabellado.

Se iba a llamar Televisió per Eivissa y la idea era emitir contenidos turísticos y culturales de la isla aprovechando las imágenes propias con las que ya cuenta el Consell d'Eivissa y disponiendo también del material a «coste cero» de Televisió de Mallorca. En principio pensaban gastar entre 180.000 y 300.000 euros anuales.

Se llegaron a comprar equipos y se contrató a un periodista para ponerla en marcha. Sin embargo, el proyecto se descartó rápidamente. Tan solo unos meses después, en octubre de ese mismo año, el Consell ya anunció que se estaba replanteando el tema porque las perspectivas económicas eran más bien negras y finalmente se acabó abortando la operación sin haber llegado a emitir ni un solo minuto. Todo ello costó 216.000 euros a la institución.

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