Los talleres de Formentera se encuentran cerrados en su práctica totalidad.
«Rece usted para que no se le estropee el coche» le decía días atrás Pep a Joan, un vecino de Sant Ferran que le comentaba que le costaba poner el coche en marcha. Y esto, que sucedía frente al taller de SEAT, no es una circunstancia a menospreciar cuando uno comprueba que la práctica totalidad de los talleres de reparación de automóviles (los servicios oficiales de firmas como Ford, Renault, Seat o Citroën), tienen cerrado sus talleres por estas fechas.
Se trata de un 'cerrojazo' que se realiza anualmente por estas fechas y deja a los formenterenses sin taller al que acudir ante una emergencia. Y más de algún taxista, como Vicent, se queja cada Navidad que «o tienes la manera de solucionar los pequeños problemas que le surgen al coche, mi herramienta de trabajo, o te quedas poder ganarte el sueldo».
Los conductores no son los únicos 'damnificados'. En la isla hay poco más de media docena de restaurantes abiertos, los bares que funcionan son mínimos y se centran en Sant Francesc, con mínima presencia en es Pujols, Sant Ferran, la Savina o la Mola.
Pero lo cierto es que el echar el cierre a la isla, fin de temporada aparte, hace que la única herrería de la isla esté clausurada y no abra hasta pasados Reyes, el único túnel de lavado está igualmente fuera de servicio hasta pasadas las fiestas y eso se multiplica a efectos ciudadanos en todo cuanto hace referencia a la atención diaria, incluso la empresa más importante de rotulación, marquesinas y escaparatismo está cerrada.
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