Ayer dio comienzo en Madrid la Feria Internacional de Turismo (Fitur), primera gran cita del año del sector, y lo hizo con cierta animación pero sin estridencias, en un ambiente de prudente optimismo, tanto de empresarios como de políticos. La tónica general que se respira en el recinto ferial madrileño se podría resumir tomando parte de la intervención que tuvo el conseller de Turisme, Miquel Ferrer, al presentar el balance turístico de Balears del pasado año: «Esperamos un año mejor que el 2009 pero sin poder aportar ahora muchos más datos. Hacer previsiones cada vez cuesta más, las reservas de última hora cada vez tienen más importancia y las ofertas que puedan surgir en cada momento pueden tener un papel importante, pero estoy convencido de que resultará dífícil que este año se den tantas circunstancias negativas como en 2009».
Ferrer resumía así la sensación que prima en el sector y que viene refrendada por la opinión generalizada (según los primeros contactos con touroperadores que han tenido autoridades y empresarios pitiusos) de que la recuperación se puede producir, especialmente gracias a las buenas perspectivas del mercado alemán.
Las buenas perspectivas no dejan de ocultar que el pasado ejercicio no resultó nada positivo para la industria turística balear, si bien el balance presentado ayer por el Govern permite afirmar que, en comparación, el estado del sector de Eivissa y Formentera es menos grave que el del resto de Islas. Según los datos del Ejecutivo balear, las Pitiüses recibieron 1,9 millones de turistas, lo que representaría un 9% menos que los 2,09 millones del pasado ejercicio. En Mallorca, la caída fue de un 11,73% 88,71 millones), mientras que en Menorca fue del 12,7%, hasta caer por debajo del millón de visitantes. En el caso pitiuso, la caída tuvo, casi como protagonista exclusivo, al mercado español, que se precipitó un 22,6% hasta sumar sólo 572.500 turistas.
Ferrer presentó también cifras de número de pernoctaciones, cayendo estas también de forma considerable pero menos que la cifra de visitantes, lo que supone que la estancia media se incrementó ligeramente. En las Pitiüses se contrataron 19,73 millones de pernoctaciones (de las que 14,15 millones fueron en temporada alta), lo que representa únicamente un descenso de 186.000 noches contratadas respecto a 2008. La estancia media ascendió hasta 10,8 días.
Los datos del Govern incluyen también un perfil del turista que refleja que principalmente se trata de personas de entre 25 y 44 años (42,9%), que no viaja utilizando paquetes turísticos (58,9%), que recurre a un hotel para alojarse (70,2%) y que viene en su tiempo de ocio y vacaciones (94,1%).
Arranque con el optimismo como única alternativa
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