«Gritar, vociferar o emplear un tono excesivamente alto de la voz», así como utilizar «aparatos e instrumentos musicales o acústicos, radio, televisión y otro tipo de electrodomésticos ruidosos», pueden ser sancionados desde ahora en el municipio de Sant Antoni con una multas de 750 a 3.000 euros. La norma también incluye a los animales domésticos para que éstos «no ocasionen molestias a los vecinos».
Éste es sólo uno de los artículos normativos incluidos en la extensa ordenanza contra la contaminación acústica que empezará a regir a partir de ahora en el municipio de Sant Antoni, después de que el equipo de gobierno diera ayer su aprobación definitiva con el voto en contra de la oposición.
Es una normativa «laboriosa», según calificó el concejal de Gobernación y Turismo, José Ramón Serra Pilot, que «recoge las directrices europeas y la Ley balear de ruidos. «Es una ordenanza muy completa, no sólo a nivel de insular sino también nacional», aseguró Pilot.
Según explicó el concejal, en la ordenanza «quedan recogidas todas las áreas acústicas del municipio, tanto si son dentro del municipio como si zonas limítrofes a la costa», ya que tendrán diferentes niveles de tolerancia al ruido según sean zonas calificadas como mudas, silenciosas, ruidosas, etc. Pilot destacó que esta ordenanza «ayudará mucho en problemas domésticos» para evitar molestias vecinales, y detalló que éstas no necesitarán de una medición acústica para determinar la infracción. «Con la sola denuncia y la presencia de la Policía Local basta», explicó Pilot.
Fiestas ilegales
Asimismo, el concejal indicó que la nueva norma regulará «completamente el tema de fiestas ilegales para todas las zonas rurales», ya que el campo y las zonas ANEI (Àrea Natural de Especial Interés) están contempladas como áreas mudas o silenciosas. Además, también regulará los ruidos «allí donde hay discotecas».
«No es una normativa para castigar a nadie sino para que todos sepan hasta dónde pueda llegar», concluyó el concejal.
Las zonas del municipio tendrán distintos niveles de tolerancia a los ruidos según sean calificadas áreas mudas, espacios ANEI (Àrea Natural de Especial Interés); áreas de silencio, que incluyen zonas rurales, espacios sanitarios, docentes y culturales; área levemente ruidosa, que son zonas residenciales o de hospedaje; área tolerablemente ruidosa, que hace referencia al uso de oficinas, servicios, comercial u oferta turística complementaria; área ruidosa, de uso recreativo y espectáculos; zona especialmente ruidosa, de uso industrial; y área excesivamente ruidosa, que indica las infraestructuras de tráfico. Asimismo, las multas irán de 750 a 3.000 euros según esta normativa local, que también incluye la aplicación de la balear con multas más rigurosas de hasta 300.000 euros, según la gravedad. Además, la normativa irá acompañada por un mapa de ruidos que se inclurá en la revisión del plan urbanístico.
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