El campeonato de 'buggies' fue uno de los momentos que más gustaron entre el público asistente al festival de motor. Foto: TONI MILIAN

Los aficionados del mundo del motor vivieron ayer un día sobre ruedas. Desde las doce de la mañana y hasta bien entrada la noche tuvo lugar el 'Sant Antoni Motor Festival 2009' que, además de exposiciones de motos y coches antiguos, incluyó varias competiciones deportivas de karting, supermotard, slod, quad y radiocontrol, speedcar y freestyle, que tenían lugar por primera vez.

Al mediodía, eran muchos los curiosos que se acercaban a la zona para ver los coches y motos antiguas, que se exhibían para el público antes de dar comienzo la competición deportiva. Entre los más exitosos, las Harley Davidson o los coches de época, de los que se contaba con una buena colección.

Ya entrada la tarde, las calles de Sant Antoni se llenaban de ruido de motores y humo. Empezaba el campeonato. Un circuito montado a lo largo de varias calles del pueblo fue el escenario que acogió a las decenas de automóviles que se dieron cita por las fiestas de Sant Bartomeu. Y para amenizar el rato, sesiones de dj's y música en directo desde un escenario montado también para la especial ocasión.

El speaker comentaba la escena mientras cientos de aficionados del motor se reunían para ver la impresionante exhibición que tenía lugar. Una carrera infantil de karts para niños de entre ocho y doce años marcó el inicio, mientras varios 'buggies' y coches de 'speedcar' calentaban motores, listos para la acción. Seguidamente, karts para los mayores, que supusieron un gran éxito, celebrándose la final de noche.

También hubo una carrera de supermotard, que contó, además de asfalto, con un circuito de tierra.

Pero la competición no fue lo único de lo que pudieron disfrutar los espectadores. Entre carrera y carrera, se pudo degustar una parrillada de carne y sardinas, que hicieron las delicias de los turistas asistentes.

La afición existente por el motor se demostró una vez más, ya que las calles de Sant Antoni registraron un lleno total durante toda la mañana y noche. Las curvas peligrosas fueron una de las atracciones preferidas, ya que la velocidad a la que se llegaba era impresionante, según los expertos.

M. Bonet