El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJB), Antoni Terrasa (Palma, 1957), ha admitido en el transcurso de la entrevista que existe «la sensación de politización de la Justicia», circunstancia que se ha acrecentado con los últimos acontecimientos, entre ellos, los casos de supuesta corrupción en los que hay varios políticos imputados, y la polémica generada con el nombramiento de Felisa Vidal como nueva magistrada de la Sala de lo Civil y Penal del TSJB.

-¿Cree usted que el sistema de elección de jueces se ha pervertido tras el nombramiento de Felisa Vidal?

-El Parlament cumplió su función al elaborar una lista de tres personas consensuadas para que el CGPJ elijiera a una de ellas. Lo que ha sucedido es que en esta ocasión la elección que ha hecho el Consejo no ha correspondido a la primera persona de las tres que salieron del consenso parlamentario. Si lo que se quiere decir con eso es que tendría que prevalecer el criterio del Parlament, habría que cambiar el sistema. Lo que el sistema está pensando es que el Parlament proponga, y que el nombramiento lo haga otro órgano, el CGPJ, un órgano constitucional, especialmente diseñado para evitar que sea el Gobierno, el Parlament, quienes, al final, acaben decidiendo el nombramiento de los jueces. El Consejo está para esto.

-¿La nueva magistrada del TSJB debería inhibirse cuando deba pronunciarse sobre políticos del PP imputados?

-Todos los jueces venimos obligados a guardar una relación de imparcialidad con cualquier asunto en el que intervengamos. Absolutamente todos. Por lo tanto, también la señora Vidal. Lo que sucede es que el análisis acerca de la imparcialidad del juez respecto a cada asunto concreto debe hacerse en relación a ese caso concreto. No se puede establecer una regla de carácter general por la que se decida su conexión con un asunto concreto. Por ejemplo, hay jueces que tienen su cónyuge abogado o abogada, y en los asuntos que lleva ese familiar, el juez no puede intervenir. No se puede dar una norma o receta de carácter general. Hay que esperar a que llegue el asunto concreto y examinar la relación entre ese asunto y el juez. A partir de ahí, ver si está o no conservada su imparcialidad. Si no está conservada, él voluntariamente se abstiene o las partes pueden recusarlo.

-Se han alzado algunas voces pidiendo la dimisión de Felisa Vidal.

-Creo que eso ya lo he respondido. El CGPJ no ha elegido al primero de la terna (Carmen de España, propuesta por el PSOE), y ha tenido en cuenta los méritos y capacidad. El proceso se ha conducido entre Parlament y el Consejo. Los jueces nombrados no hemos tenido nada que ver. Yo no puedo opinar.

-Da la impresión de que política y justicia van muy unidas, quizás demasiado.

-La sensación de politización existe por dos razones diferentes. Una, con mucha frecuencia los jueces conocen de asuntos que afectan a políticos, y en segundo lugar, porque las situaciones en que para el nombramiento de determinados jueces intervienen, aunque solo proponiendo, organismos de naturaleza clara, genuina y estrictamente política, como es un Parlamento, no contribuye a disminuir la sensación de correlación entre política y justicia.

-¿La puesta en marcha de la Fiscalía Anticorrupción en Balears ha supuesto un antes y un después en la actividad judicial?

-Antes no existía la Fiscalía Anticorrupción, y lo que no existía era la capacidad de poner en manos de la Justicia tal cantidad de asuntos de esta naturaleza. Es el punto de inflexión. Eso es lo que ha cambiado. La Fiscalía Anticorrupción se está dedicando específicamente a trabajar los temas de esta clase. Incluso, se ha tenido que cambiar el sistema de reparto de esas causas para adaptarlo a este flujo de asuntos importantes.

-¿Habrá huelga de jueces en junio?

-Se han establecido una serie de previsiones para tratar de alcanzar una acuerdo institucional amplio y profundo en relación con la mejora de las condiciones de la Justicia. Y entre ellas se contemplaba la posibilidad de una huelga para el próximo mes de junio. Pero era una convocatoria condicionada al progreso, al curso de estos contactos institucionales, para ver de trazar un camino serio, estable, con el objetivo de que mejoren las condiciones de una manera significativa, en la cual yo creo. Espero que cuando llegue el momento puedan descartarse medidas extremas.

-Algunos jueces se quejan de que trabajan mucho y ganan poco.

-Lo que he percibido es que los jueces están más preocupados por las condiciones en las que tienen que trabajar, y mucho menos por la remuneración que perciben. Y, precisamente, la primera de las reivindicaciones que instantáneamente se aparcó en el proceso de contactos fueron las de carácter retributivo. La idea y el fondo del sentir no está, ni estaba, en el tema retributivo, sino en las condiciones de trabajo.