El desalojo del edificio de viviendas afectado en su estructura por el desplome del edificio de Viajes Barceló en enero de 2001 promete seguir trayendo cola. Los dos propietarios que se han encerrado en el edificio en ruinas "del que fueron desalojados hace 15 meses" recibieron la noche del viernes la notificación del Ayuntamiento de Eivissa que les insta a abandonar el bloque inmediatamente porque está en ruinas. A pesar de que firmaron la recepción de la notificación, los vecinos no están dispuestos a adoptar esta orden que, en principio les obligaba a abandonar la casa anoche, aunque es posible que el Ayuntamiento no tome medidas al respecto hasta mañana.

«Hemos tomado la decisión de no movernos de aquí y no vamos a cambiar ahora», señalaba ayer a este periódico Juan José Peciña, encerrado en el bloque junto con Juan Manuel Miranda. Ni uno ni otro dicen comprenden cómo es posible que, de la noche a la mañana, se quedasen sin casa por un accidente del que responsabilizan a las empresas propietaria y constructora y que ahora, y que «en vez de recibir algún tipo de ayuda» para salir adelante se estén viendo «obligados a pagar la hipoteca» de unos pisos que van a ser demolidos a la vez que abonan un alquiler del piso donde viven. Peciña tiene dos hijos y su compañero de encierro una niña de dos años.

Con un sueldo por cabeza se están viendo obligados a solicitar dinero. La situación es «desesperada» aunque tienen la confianza en que, cuando se resuelva el caso «se van a ensuciar a los verdaderos responsables del caso».La actuación de las instituciones, «más bien la no actuación», dicen, merece criticas porque su situación «es grave» y necesitan ayuda. No entienden qué argumentos pueden tener para no prestársela.