La estación depuradora de Eivissa seguirá vertiendo agua en el torrente de sa Llevanera hasta el miércoles, como mínimo, cinco días más de lo previsto inicialmente. Si bien el director territorial del Instituto Balear de Saneamiento (Ibasan), Ramon Mayol, aseguró el 15 de abril que el vertido de agua depurada sólo duraría cuatro días, hasta el jueves, los encargados de la obra se han encontrado con diversos problemas que han provocado este severo retraso.

Aunque el agua que sale por el torrente ha sido tratada con sulfato férrico -de ahí su color negro-, emana de ella un desagradable olor dulzón que durante la última semana ha impregnado el ambiente de la avenida Vuit d'Agost. El torrente de sa Llevanera ha cobrado desde el lunes el aspecto de un riachuelo por el que no para de salir agua. Cada día corren por ese tramo -desde la estación depuradora hasta Ibiza Nueva, donde desemboca- 10.000 metros cúbicos de agua.

Ramon Mayol explicó que al iniciarse las obras se encontraron con más problemas de los previstos y con que la propia intervención causaba nuevos desperfectos. La obra civil concluyó ayer, pero hasta el martes no acabará el resto, si no vuelven a surgir imprevistos. La mejora consiste en la reparación del emisario, averiado desde hace un año. En principio tendría que haberse acometido poco antes de la pasada temporada, pero fue aplazada por las quejas de los vecinos.

Una vez concluida, y antes de que acabe el mes de junio, estarán instalados los equipos de desodorización en la planta de pretratamiento, en donde se origina la mayor parte del hedor que desprende esa instalación, según se afirma desde el Ibasan. Otra de las intervenciones consistirá en mejorar el cerramiento de la planta de pretratamiento, de modo que sea hermético para que no escape el mal olor. El resultado de esa solución también dependerá de que los trabajadores mantengan cerradas todas las puertas y ventanas.