La constitución de una comunidad de regantes en Formentera es el
requisito imprescindible para que el Instituto Balear de
Saneamiento (Ibasan) proceda a la depuración terciaria de las aguas
residuales de la isla, según advirtió ayer Mateu Horrach, gerente
de ese organismo, durante su visita a la planta depuradora. A
Horrach le acompañaba Ramón Mayol, responsable del Ibasan para las
Pitiüses, así como el conseller para los asuntos de Formentera,
Santiago Ferrer.
Ferrer se interesó por la posibilidad de que la isla cuente con
depuración terciaria en un futuro próximo, a lo que Horrach
respondió que ese tratamiento «sólo se contempla cuando hay una
reutilización del agua, para lo que ha de existir un proyecto para
la constitución de una comunidad de regantes que justifique la
inversión económica que supone la depuración terciaria».
En este sentido, Mateu Horrach señaló que «la Conselleria
d'Agricultura y la Medi Ambient son favorables a este tipo de
reutilización y por lo tanto la primera podría hacerse cargo de la
red secundaria para este regadío». En función del tipo de uso, la
depuración terciaria se completaría con una desinfección, mientras
que si se destina el agua a plantas de hoja o cítricos, se añade un
proceso previo de filtración. Para Horrach no es necesario que la
comunidad de regantes esté oficialmente constituida: «Mientras
existan garantías de la reutilización del agua, el Ibasan está
dispuesto a llevar esta propuesta al consejo de administración, de
manera que mientras se ultima el proyecto se pueden obtener
partidas económicas para implantarla».
La depuradora de Formentera tiene una capacidad de tratamiento
de 3000 metros cúbicos diarios, que corresponden a una población de
12.000 personas aproximadamente; la inversión es de 90 euros por
habitante, por lo que la depuración terciaria costaría 1'08
millones de euros. La depuración terciaria garantizaría al máximo
la calidad del agua que se vierte, mediante emisario submarino, al
mar, concretamente dentro de la zona del Parque Natural de ses
Salines, ya que el emisario es anterior a la creación de la Reserva
Natural, ahora parque. De todas maneras Mateu Horrach ha avanzado
que el Ibasan podría estudiar otras opciones en el emisario marino
si ello fuera necesario en el futuro.
Demasiadas fosas sépticas unidas al
alcantarillado
Otro de los temas tratados ayer es el olor que genera la depuradora
y que motiva quejas en momentos puntuales. Según Horrach, es debido
a que «hay muchas fosas sépticas empalmadas de forma equivocada al
alcantarillado público». Sobre los fangos explicó que hasta la
fecha se pasaban directamente a un espesador. Por último, el
gerente se refirió a la instalación de una estación de bombeo en es
Ca Marí que junto con la instalación de una red alcantarillado
permitirá enviar las aguas residuales hasta la depuradora.
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