GUILLERMO ROMANÍ La constitución de una comunidad de regantes en Formentera es el requisito imprescindible para que el Instituto Balear de Saneamiento (Ibasan) proceda a la depuración terciaria de las aguas residuales de la isla, según advirtió ayer Mateu Horrach, gerente de ese organismo, durante su visita a la planta depuradora. A Horrach le acompañaba Ramón Mayol, responsable del Ibasan para las Pitiüses, así como el conseller para los asuntos de Formentera, Santiago Ferrer.

Ferrer se interesó por la posibilidad de que la isla cuente con depuración terciaria en un futuro próximo, a lo que Horrach respondió que ese tratamiento «sólo se contempla cuando hay una reutilización del agua, para lo que ha de existir un proyecto para la constitución de una comunidad de regantes que justifique la inversión económica que supone la depuración terciaria».

En este sentido, Mateu Horrach señaló que «la Conselleria d'Agricultura y la Medi Ambient son favorables a este tipo de reutilización y por lo tanto la primera podría hacerse cargo de la red secundaria para este regadío». En función del tipo de uso, la depuración terciaria se completaría con una desinfección, mientras que si se destina el agua a plantas de hoja o cítricos, se añade un proceso previo de filtración. Para Horrach no es necesario que la comunidad de regantes esté oficialmente constituida: «Mientras existan garantías de la reutilización del agua, el Ibasan está dispuesto a llevar esta propuesta al consejo de administración, de manera que mientras se ultima el proyecto se pueden obtener partidas económicas para implantarla».

La depuradora de Formentera tiene una capacidad de tratamiento de 3000 metros cúbicos diarios, que corresponden a una población de 12.000 personas aproximadamente; la inversión es de 90 euros por habitante, por lo que la depuración terciaria costaría 1'08 millones de euros. La depuración terciaria garantizaría al máximo la calidad del agua que se vierte, mediante emisario submarino, al mar, concretamente dentro de la zona del Parque Natural de ses Salines, ya que el emisario es anterior a la creación de la Reserva Natural, ahora parque. De todas maneras Mateu Horrach ha avanzado que el Ibasan podría estudiar otras opciones en el emisario marino si ello fuera necesario en el futuro.

Demasiadas fosas sépticas unidas al alcantarillado
Otro de los temas tratados ayer es el olor que genera la depuradora y que motiva quejas en momentos puntuales. Según Horrach, es debido a que «hay muchas fosas sépticas empalmadas de forma equivocada al alcantarillado público». Sobre los fangos explicó que hasta la fecha se pasaban directamente a un espesador. Por último, el gerente se refirió a la instalación de una estación de bombeo en es Ca Marí que junto con la instalación de una red alcantarillado permitirá enviar las aguas residuales hasta la depuradora.