Apertura de la calle Londres y construcción de la estación de autobuses y de un complejo de servicios municipales en la amplia superficie existente entre esa vía pública y la calle Ramón y Cajal. El futuro del núcleo urbano de Sant Antoni -un pueblo que en la actualidad se haya encajonado y que necesita respirar por alguno de sus límites- pasa por el impulso de ese ambicioso proyecto, contemplado desde hace lustros en el Plan General de Ordenación Urbana, aunque no se ha desarrollado hasta el momento. Los dos ediles de Democràcia Pitiusa (DP), en la oposición, quieren activarlo ahora mediante la inclusión en los presupuestos de 2002 de una serie de partidas que permitirían dar este mismo año los primeros pasos para hacer realidad ese 'ensanche'.

La zona es una especie de trastero del pueblo en el que se acumula maquinaria inútil y decenas de embarcaciones para el desguace, y donde los matorrales ocultan los restos de antiguas viviendas, acequias y norias. El pasado otoño, el equipo de Gobierno (del PP) y los ediles de DP pactaron incluir en el Plan Insular de Obras y Servicios (PIOS) de 2003 y 2004 la construcción en esa zona de la futura estación de autobuses y de transporte discrecional, así como de diversas infraestructuras municipales, entre las que en años venideros se podría añadir una nueva casa consistorial.

Pero previamente populares y centristas han de alcanzar otro objetivo: sacar adelante los presupuestos de 2002. Los concejales de DP, José Torres y Vicent Marí Prats, garantizan al alcalde, Antoni Marí Tur, sus dos votos (que le darían la mayoría) en el pleno que debata esas cuentas si en ellas se incluyen unas partidas de 980.000 euros para la expropiación y compra de terrenos en la calle Londres y Camí General, requisito previo para que se pueda ejecutar el 'ensanche' del pueblo previsto en el PIOS para 2003/04 pactado en otoño. Uno de los objetivos finales del plan es unir la calle Londres, cuyos extremos distan aproximadamente 500 metros, de manera que conecte con el Camí General y con la calle Mossèn Ribas, lo que constituirá un auténtico alivio para el tráfico.

Además, para acceder a la estación de autobuses también será preciso abrir al tráfico un par de viales perpendiculares a la calle Ramón y Cajal, actualmente cerradas. Entre ellas se encuentra la de Bisbe Torres, que conectaría también con la calle Londres. La adquisición de terrenos en esa amplia extensión requerirá una fuerte inversión, aunque su cotización ha bajado muchos enteros después de que las Directrices de Ordenación del Territorio (DOT) los desclasificara y conviertiera de urbanizables en rústicos.