Fernando Loma posa ante una función en una de las aulas de la academia que dirige en Eivissa. Foto: V.F.

Profesor de Matemáticas desde hace 18 años, Fernando Loma Osorio no tiene ningún número favorito, aunque se decanta por los números primos, «aquellos que se dividen sólo por sí mismos o por la unidad», y disfruta con modalidades de análisis numérico como ecuaciones, integrales, logaritmos, derivadas o integrales. Admirador de Newton y de todos los matemáticos de la antigua Grecia, tiene como lema la cita de Albert Einstein, «El universo es Dios jugando a los dados». Pragmático y ateo, Fernando ha aprendido a ver y vivir la vida de una manera organizada y, tal y como él mismo admite, se plantea los problemas «con lógica matemática, pensando y viendo todas las posibilidades de solución de un problema».

Este licenciado en Ciencias Exactas de origen riojano aterrizó en Eivissa hace 21 años «casi de carambola» desempeñó diferentes trabajos hasta estabilizarse y ejercer como matemático impartiendo clases particulares a varias generaciones de ibicencos. Especializado en Metodología y Didáctica de la Matemática, Loma está acostumbrado a que mucha gente le vea como un bicho raro por dedicarse a las Matemáticas: «Hay gustos para todos. Desde fuera parece una materia ingrata, pero si te gusta y le coges el tranquillo es un campo muy amplio y puede llegar a ser bonito», asegura.

«Más que aburrirme de hacer números me cansa la enseñanza, el hacer entender a los chavales algo que de entrada rechazan», resume este profesional de la enseñanza que se define como un «mecánico de las Matemáticas» y que trata de explicar conceptos que no son muy complicados a sus alumnos. «Arreglo averías en el entendimiento. No soy raro, aunque reconozco que por deformación profesional tengo la cabeza cuadriculada y estoy todo el día pensando en números», admite. «La matemática es la madre de las ciencias, cualquier materia que quiera ser científica se tiene que basar en un soporte matemático, en un lenguaje numérico», resume Loma Osorio, un defensor de una ciencia que hace vida normal y practica deportes como la natación, el ciclismo y el tenis, viaja y hace fotografías como cualquier persona, aún ejerciendo de matemático.