Cambio de denominación

«Antes del cambio al euro los precios ya habían subido de 100 a 125 pesetas. Ahora lo único que hemos hecho es pasar las pesetas a euros y lo que cobramos son 0'75 euros, que es la equivalencia en la nueva moneda a los precios que antes se marcaban en pesetas», resume Carmen Vicens, encargada de Ibiza 100, un establecimiento de la calle Juan de Austria que asegura que la mayoría de sus clientes se han adaptado rápidamente y sin problemas al cambio de moneda. «Ahora la mayoría paga en euros, aunque todavía vienen algunas clientas con las últimas moneditas en pesetas».

En esto también coinciden los dependientes de la Cadena Todo Hogar de la calle Cataluña, al señalar que muchos de sus clientes pagan todavía en pesetas. Un detalle importante es que a pesar de que el euro va ganando poco a poco terreno en las cajas registradoras de estos negocios los precios se cantan en pesetas: «Digo los precios en pesetas pero después cobro en euros», dice Cristina, una de las encargadas de la Cadena Todo Hogar.

Sin lugar a dudas en el último mes de 2001, y a medida que se aproximaba la fecha de la entrada en vigor de la moneda única, la eurocalculadora fue uno de los productos más demandados por el público. «Hemos vendido muchas e incluso nos hemos quedado sin ellas en algún momento», indica Carmen Vicens. El precio de las pequeñas maquinitas traductoras de precios a euros y pesetas tienen un coste que oscila entre los 4'21 euros (700 pesetas) a los 9'02 (1.500 pesetas) y se siguen vendiendo como churros.

José Ramón, un habitual de esta tiendas donde se venden productos de todo tipo, señala que el cambio no le ha supuesto ningún problema: «Es lo mismo que antes pero con otra moneda y nos cobran lo que corresponde y es justo pero traducido a euros. Como mucho los precios pueden variar en una peseta o dos, pero no hay porqué alarmarse». Después del caos inicial los 'Todo a 100' recuperan la normalidad mientras se convierten poco a poco en 'Todo a 0'75'. Se trata únicamente de un cambio de denominación.