Apesar de que la Navidad ha pasado y de que la mayoría de los precios de los alimentos han vuelto a ocupar los índices habituales, el coste de las verduras y hortalizas se mantiene al alza. La ola de frío y lluvia que ha afectado a toda la península, especialmente a la franja mediterránea, de donde provienen la mayoría de los productos frescos de estas características que se comercializan en Eivissa, es la culpable del encarecimiento de productos como la lechuga, los tomates, pepinillos, calabacines, berenjenas, cogollos, pimientos o las judías verdes.
Un paseo por los distintos puestos de frutas y verduras del Mercat Nou sirvió para comprobar el aumento de los precios que, aunque en un principio se achaque al cambio de moneda, tenga su origen en la escasez de productos y las complicaciones que están sufriendo las distintas cosechas debido a las bajas temperaturas. «Hablamos de un incremento que oscila entre el treinta y el cuarenta por ciento aproximadamente», explicó Juan Tur, propietario de Frutas Juanito en el Mercat Nou. «Y esto es debido a que ahora es más complicado conseguir verdura. Los precios siempre suben en invierno, pero este año la diferencia es mayor, ya que se mantienen las cantidades de las semanas de Navidad», apuntó Juan Torres, de la Finca de Ca'n Lluch.
«Los precios no han bajado desde el 24 de diciembre aproximadamente, que es cuando suben debido a la Navidad, y de momento se mantienen. Supongo que será por el mal tiempo», comentó Vicent Palau, de Frutas Palau. Teoría similar es la que sostuvo Marga Guasch, de Frutas Ca'n Llusia: «Nos han comentado que debido a la ola de frío en muchos de los invernaderos se han visto obligados a instalar calentadores para no perder la cosecha y eso es lo que ha encarecido el producto». En el puesto de María Cardona, la propietaria, junto a Toñi Rubio y Àngel Viudez coincidieron con los demás fruteros al señalar las causas de la subida de precios y añadieron que la situación puede cambiar de una semana para otra, dependiendo de la cantidad de kilos recogida.
La mayoría de los consumidores viven este encarecimiento del producto con resignación, y muchos de ellos, como Montse y José María, ni siquiera se han dado cuenta del incremento de los costes: «Con los euros me fijo en la cantidad que marca la balanza y pago, me fío de mi frutero que es de confianza», bromeó José María. Begoña, clienta de uno de los puestos del Mercat Nou, comentó que sí se había dado cuenta de la carestía de los productos. Como en tantas otras ocasiones y situaciones habrá que esperar y como dice el refrán poner «al mal tiempo buena cara».
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