El pasado consejo de administración del Instituto Balear de
Saneamiento (Ibasan) aprobó el informe de los servicios técnicos
sobre el expediente de contratación del proyecto de desodorización
de la estación depuradora de aguas residuales (Edar) de Eivissa, al
que se ha colgado el cartel de «imperiosa urgencia» para acelerar
los trámites, según explicó ayer el director territorial del Ibasan
en las Pitiüses, Ramon Mayol.
El objetivo es que el hedor nauseabundo que desprende la planta
deje de molestar a los vecinos y turistas antes de que comience la
próxima temporada.
El proyecto -que costará 200 millones de pesetas- se realizará en
dos fases, que se ejecutarán de manera inminente. La primera, la
más sencilla, será para ampliar la desodorización del edificio de
pretratamiento. En la segunda, la más cara y complicada, se
sustituirán los equipos de desodorización del edificio principal y
se cubrirá el tratamiento terciario, un hecho único en Balears.
El consejo de administración también dio un nuevo paso para la
construcción de la depuradora de Cala Tarida mediante la firma de
un convenio con el Ayuntamiento de Sant Josep.
Asimismo, el consejo de administración del Ibasan aprobó la
contratación de un técnico que se dedicará, exclusivamente, a
estudios de microbiología para la verificación de la calidad de las
aguas depuradas.
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