Los protagonistas de la Navidad, los ciudadanos más jóvenes de las Pitiüses, se han puesto ya manos a la obra para llenar de colorido y ambiente navideño sus respectivos hogares, colegios y pueblos. Desde hace semanas preparan ansionamente la llegada de la Navidad, la recta final de un año que colea y que siempre está acompañado de jornadas cargadas de magia en las que los conocedores de los trucos son única y exclusivamente esta amplia legión de pequeñas mentes creativas y voces celestiales que ya han comenzado a dejarse ver y escuchar.

En Sant Antoni y Santa Eulària se celebraron ayer las primeras actuaciones y muestras relacionadas estrechamente con la Navidad. La iglesia de Sant Antoni acogió la decimoquinta edición de la Mostra de Nadales y Santa Eulària, trasladó la tercera edición de los conciertos escolares de villancicos a la iglesia de Jesús y al centro cultural de Sant Carles. En los tres emplazamientos numeroso público siguió los acordes vocales de los pequeños cantantes que interpretaron un variado repertorio de canciones tradicionales.

En Eivissa, donde la Mostra Infantil de Cançons Nadalenques Populars comenzará el lunes, el taller de Nadala, dirigido por Kika Juan reunió a un grupo de jovencísimos creativos que cada viernes, desde principios de mes, acuden a su cita con la originalidad navideña para crear nuevas versiones y objetos singulares relacionados con estas celebraciones. «Lo que persigo con este taller es que los niños que participan en él aprendan a usar materiales cotidianos y que tienen a mano en sus casas para que puedan darle forma a sus ideas», explicó Kika Juan.

Ayer, los catorce alumnos de este curso de manualidades centradas en la confección en invención de decoraciones y regalos navideños se concentraban en manejar y descubrir las distintas aplicaciones de un material de manualidades revolucionario que dará mucho que hablar en poco tiempo. «Es una substancia nueva que se utiliza para hacer vidrieras o imitación de las mismas y que permite a los niños hacer sus dibujos y perfilarlos con este material para después pegarlo y despegarlo de superficies lisas como el cristal o la madera, sin que manche ni dañe la superficie», explicó la profesora de manualidades.

«Es muy fácil de hacer cosas con esto. Lo único que tienes que hacer es dejarlo secar sobre la plantilla de plástico especial veinticuatro horas y después puedes ponerlo donde quieras porque se pega solo», reveló Sara, una de las alumnas del taller. «Es como si fuese una pegatina», añadió su compañera Ana Belén que confesó que las horas se le pasan muy rápido cuando acude al centro de Sa Capelleta. La semana que viene el taller finalizará y todos los participantes llevaran a sus casas las tarjetas y decoraciones que han realizado durante todo este mes en sus ratos libres.