Los vecinos de Cala de Bou consideran que el número de denuncias
efectuado este año por contravenir las ordenanzas de publicidad
dinámica son «insignificantes», según señaló ayer uno de los
representantes de al asociación, Chris Langley, en una rueda de
prensa. Sobre el papel, y según datos aportados por el Consistorio,
la pasada temporada aumentó en un 74 por ciento el número de
denuncias con respecto a 2000. Según Langley, eso se debe a que
hace un año la ordenanza entró en vigor en septiembre, de manera
que en sólo se contabilizaron las denuncias de los dos últimos
meses de la temporada.
Langley señaló, además, que las 1.629 denuncias son poca cosa, y
lanzó un órdago al concejal de Gobernación, Antonio Cardona Marí:
«Nosotros, los vecinos, somos capaces de presentar esas 1.629
denuncias en sólo una semana». También consideran insuficiente la
presión ejercida sobre los vendedores ambulantes, que se dobló esta
temporada respecto a 1998: hubo 980 denuncias en todo el
verano.
Los vecinos han entregado al equipo de Gobierno un documento en
el que denuncian el incumplimiento de una serie de compromisos
adquiridos hace más de medio año, obras pendientes que reclaman que
se ejecuten cuanto antes. Entre ellas figuran la mejora del
edificio de la asociación y la puesta en marcha de una guardería y
de un centro juvenil.
Tal como adelantó este periódico a mediados de noviembre, las
reclamaciones de los vecinos también incluyen la instalación de
bandas de reducción de velocidad en la carretera y la mejora de las
aceras («que son trampas mortales», según se indica en el
documento) entre Cala de Bou y es Caló, así como el 10% de suelo
para usos públicos, del que hay escasez en una zona donde viven
alrededor de 6.000 personas.
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