Desde el pasado 16 de abril, el Museu d'Art Contemporani d'Eivissa (MAC) presenta en sus salas inferiores la exposición del Premio Nacional de Grabado 1998, un certamen que acaba de cumplir su sexta edición. El ganador de esta convocatoria, Oscar Manesi, es un viejo conocido del circuito artístico pitiuso, ya que en 1994 una obra suya logró el máximo galardón en la Biennal Ibizagràfic que convoca el propio MAC.

Pero este no es el único premio que otorgó la Calcografía Nacional, convocante del certamen. De entre los 215 artistas que se presentaron a la convocatoria, la institución decidió reconocer la tarea llevada a cabo durante 1997 por Eduardo Chillida (San Sebastián, 1924); Manuel Franquelo (Málaga, 1953), por las innovaciones aportadas al arte gráfico; Polígrafa Obra Gráfica, en reconocimiento a su labor en favor del arte gráfico, y, finalmente, dos menciones honoríficas a Juan Giralt (Madrid, 1940) y Julio León Aguilera, por la calidad de las obras presentadas.

Eduardo Chillida es uno de los artistas más reconocidos a nivel internacional en la actualidad. Premio Príncipe de Asturias en 1987, inició su labor como escultor tras abandonar los estudios de Arquitectura en 1947. Su obra gráfica, al igual que sus esculturas, trata de reflexionar en torno a la materia y el espacio que la envuelve. La exposición presentada en el MAC cuenta con cinco trabajos de este artista vasco («Topaketa», «Lagunkide», «Opa», «Esku» y «Guggenheim III»), quien habitualmente se expresa a partir del aguafuerte. Sus primeros grabados datan del año 1959 y, desde entonces, no ha dejado de cultivar esta técnica, uno de cuyos últimos exponentes es el homenaje a Johann Sebastian Bach, que pudo contemplarse en la galería Van der Voort hace unos meses.