Nacida en 1789 para centralizar todos los encargos de grabado que
realizaban las diversas Secretarías de Estado, la Calcografía
Nacional se instaló en un anexo de la Imprenta Real. Los motivos de
esta decisión, además del descrito, fueron varios. Se pretendía
abaratar los costes de estampación y poner en marcha los proyectos
desarrollados como consecuencia de la política ilustrada. Además,
la Calcografía Nacional tenía la obligación de estampar de nuevo,
si era necesario, todas las planchas de cobre grabadas por orden
del Rey en la Imprenta Real.
Tras abandonar el edificio de la Imprenta Real, y después de
sucesivos traslados, la Calcografía se instaló en la que aún hoy es
su sede: el Palacio de Goyeneche, en el que se encuentra también la
Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Los fondos de esta institución contienen actualmente siete mil
quinientas láminas de cobre, zinc y acero de los principales
grabadores españoles, como Ricardo Baroja, Pablo Picasso, Manuel
Salvador Carmona, Mariano Fortuny Marsal y Carlos de Haes, entre
otros.
Pero sin duda, la joya de la corona de la Calcografía Nacional
son las láminas de cobre grabadas por Francisco de Goya, que
incluyen las series de los «Disparates» y de los «Desastres», entre
otras. En base a un acuerdo con la Real Academia de San Fernando,
estas láminas han dejado de ser estampadas, figurando, como obras
maestras del grabado, en exposición permanente en el Gabinete
Francisco de Goya, creado en la Calcografía Nacional en 1990.
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