Aunque formalmente la campaña electoral no arranca hasta las 00.00 horas del próximo viernes día 12, la realidad es que llevamos en campaña muchos meses, demasiados yo diría, y además, lo seguiremos estando hasta que se celebren las elecciones generales, como muy tarde el día 10 de diciembre, si Pedro Sánchez no las adelanta. De algún modo las elecciones son a doble vuelta y suceda lo que suceda el 28 de mayo, donde hay elecciones autonómicas en Aragón, Asturias, Baleares, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Extremadura, Madrid, Murcia, Navarra y La Rioja, la campaña proseguirá hasta final de año.

Pero no cabe ninguna duda de que los resultados del 28-M, sean cuales sean, tendrán forzosamente una lectura nacional. Si el PSOE mantiene el poder en las principales instituciones de Baleares, exceptuando las de las Pitiusas, se interpretará como un respaldo no sólo a las políticas del Pacte que ha liderado Francina Armengol, sino también a la gestión de Pedro Sánchez al frente del Gobierno de España. Y si sucede lo contrario, desde Baleares se atribuirá el fracaso a Sánchez.

Desaparición de Ciudadanos

No hemos visto ni una sola encuesta publicada que otorgue representación en las principales instituciones ni aún menos en el Parlament, a Ciudadanos. En las elecciones municipales de 2019, la formación naranja obtuvo en toda Baleares 31.000 votos y 30 concejales. En la isla de Ibiza logró 3.047 votos y cinco concejales, resultando determinante en Sant Antoni de Portmany para cambiar el color del gobierno municipal que pasó de ser de izquierdas, a ser de centro derecha. Pero en estas próximas elecciones es altamente improbable que logren igualar aquel resultado. Si no desaparecen, será un milagro.

Igualmente hay que tener en cuenta que en las elecciones al Parlament, consiguieron casi 4.000 votos que dieron el escaño a Maxo Benalal, un personaje que acabó expulsado del partido y siguió aferrado al escaño como una garrapata a un perro pulgoso. Un resultado como aquel ahora resulta ciencia ficción. La más que previsible desaparición de Ciudadanos parece beneficiar, a priori, al PP, ya que aglutina el voto útil en un partido de parecida familia ideológica, los liberales, con el objetivo de que pierda el poder la izquierda radical.

SA VEU DES POBLE

Y en esas que el pasado miércoles, los espectadores del programa ‘Bona nit Pitiüses’ de la TEF escucharon al candidato a la alcaldía de Sant Joan de Labritja por la coalición Sa Veu des Poble - Ciudadanos, Javier Torres, afirmar sin ambages ni circunloquios, que tras las elecciones del 28-M, su coalición, en base a su programa electoral, «nos sentaremos a hablar con todos, evidentemente».

El vicepresidente segundo y conseller insular de Transportes del Consell d’Eivissa no cerró la puerta a facilitar un cambio de gobierno municipal, en caso de que el PP pierda la mayoría absoluta, cosa harto improbable, por otro lado. Lo que venía a ser una especie de recogida de guante a la propuesta de Gianandrea di Terlizzi, de Podemos, quien dijo estar dispuesto «a conformar un gobierno alternativo con las otras fuerzas si dan los números».

Desde Sa Veu des Poble se ha intentado matizar lo que dijo Torres, pero la duda acerca de sus verdaderas intenciones ya ha calado. Mostrarse dispuesto a ser palanca de cambio para que Sant Joan de Labritja sea gobernada por la izquierda es casi un acto suicida. Torres hará bien en medir mejor sus palabras, porque ahora ya tienen consecuencias nefastas para su supervivencia política. Y Sa Veu des Poble no querrá ser Ciudadanos.