A veces, en el camino de la vida, nos alejamos de nosotras mismas. Nos dejamos llevar por el ruido del mundo, sus exigencias y las expectativas ajenas, y sin darnos cuenta, olvidamos escuchar la voz más importante: la nuestra.
Hoy, quiero invitarte a hacer una pausa, a respirar hondo y a recordar quién eres. A abrazarte con la misma ternura con la que abrazarías a una niña asustada. Porque dentro de ti, esa niña sigue esperando que la mires, que la tomes de la mano y le susurres al oído: «Estoy aquí. No voy a dejarte nunca más».
Querida niña interior,
Hoy quiero hablarte desde el amor más puro, desde la voz que siempre ha estado contigo, aunque a veces no la hayas escuchado. Quiero recordarte que no hay nada en el mundo que pueda apagar tu luz. Quiero decirte que te veo, que te siento y que siempre, siempre, voy a estar contigo.
Recuerda cuando creías en la magia de la vida sin cuestionarla. Cuando los días eran aventuras y no listas interminables de tareas. Cuando pintar, correr y reír eran cosas que hacías sin miedo a equivocarte. Esa esencia sigue en ti, esperando que le des espacio, que la dejes respirar, que le permitas volver a soñar sin miedo. Hoy puedes hacerlo. Hoy puedes mirarte con la misma ternura con la que mirarías a una niña pequeña y prometerle que nunca más dudarás de su brillo.
El mundo nos enseña a endurecernos, a buscar la validación fuera, a compararnos, a creer que necesitamos ser más para merecer. Pero hoy quiero recordarte algo que tal vez olvidaste en el camino: ya eres suficiente. No necesitas ser nada más de lo que ya eres. No necesitas encajar en ningún molde. Dentro de ti está todo lo que has estado buscando. Y todo lo que necesitas es confiar en tu propia luz.
Así que aquí estás, conociéndote. Dejando ir la dureza con la que a veces te has hablado. Abrazando tus errores, tus miedos, tus dudas, porque todas forman parte de ti. Pero también abrazando tu valentía, tu amor, tu sensibilidad, tu creatividad. Todo lo que eres, sin filtros, sin juicios. Porque eres un milagro. Porque siempre lo fuiste.
Hoy hazte una promesa: nunca más te abandonarás. Nunca más te ignorarás. Haz espacio para ti, para tus sueños, para tu arte, para tu conexión contigo misma. Y hazlo con la certeza de que la mejor guía siempre ha estado dentro de ti. Esa niña que fuiste, y que sigues siendo, solo necesita una cosa de ti: que la escuches y le recuerdes que siempre tendrá un hogar en tu corazón.
Confía en ti. Ámate. Elígete, hoy y siempre.
Tal vez mientras lees esto, sientes un nudo en la garganta. Tal vez algo dentro de ti quiere volver a casa. Tal vez tu niña interior lleva tiempo esperando que la mires, que le preguntes qué necesita, que la envuelvas en un abrazo y le susurres que nunca más la olvidarás. Te invito a hacerlo. A escribirle, a hablarle, a decirle cuánto la amas. A prometerle que, pase lo que pase, siempre estarás ahí para ella. Porque cuando nos reencontramos con esa parte de nosotras mismas, todo cambia. La vida se vuelve más ligera, más auténtica. Volver a nosotras es el acto de amor más profundo que podemos regalarnos.
Hoy, cierra los ojos, pon las manos sobre tu corazón y hazte una promesa. Y cúmplela.
Estoy aquí para escucharte: esti.roma@gmail.com. Puedes encontrarme en Instagram: @estibalizromana_coach https://anchor.fm/estibalizromanapodcast , www.estibalizromana.com
¡Feliz domingo y Abrazo del Alma!
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