«Catalunya sigue siendo una de las locomotoras económicas de España. Si la locomotora se para, la economía española tiene problemas. Se ha de trabajar también sobre este escenario. Se ha de usar esta arma, importante y poderosa, al servicio de nuestro proyecto político», ha asegurado en una entrevista a El Periódico recogida por Europa Press.
Ha insistido en que, sin el referéndum, «el problema catalán no se resuelve», y ha afirmado que España no entrará en una negociación si no hay un desbordamiento de su estrategia represiva.
Para Comín, la confrontación con el Estado es un proceso sostenido de movilizaciones que debe llevar a su desgaste material, y aunque asume que pueda llegar a tener costes ecónomicos y laborales para la gente de Catalunya, considera que «el precio de la independencia lo pone el Estado».
El exconsejero ha criticado que ERC afirme que al reférendum del 1-O le faltó legitimidad interna porque, a su juicio, no se debe menospreciar que el 1-O hubo un 43% de catalanes que votó que sí: «Los problemas que tenía el 1-O antes del 1-O ya los sabíamos».
Comín ha confesado que era consciente de que era muy difícil que el Govern pudiera sacar adelante la declaración de independencia pero que se votó para que quedara definido, «como representación del poder soberano», el objetivo que tenían.
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