El debate a tres entre Pedro Sánchez, Susana Díaz y Patxi López, el único que se celebrará en la campaña de las elecciones primarias, evidenció este lunes el absoluto enfrentamiento político y personal entre el exlíder del PSOE y la actual presidenta de Andalucía, que no se veían las caras desde el fatídico Comité Federal del 1 de octubre y que se acusaron mutuamente de ser los culpables de la actual situación de desgarro y división que vive el partido. Todo ello con un López, en medio de los dos, que se postula como el «voto útil para poner fin a la guerra abierta».

Díaz volvió a reivindicarse como la candidata que gana elecciones frente «a quien llevó al PSOE a las dos derrotas electorales más grandes de la historia», en golpe directo a Sánchez, que le hizo responsable de la abstención socialista al Gobierno del PP, que considera el «peor de los errores cometidos en los últimos años por el PSOE». La andaluza dijo que si ella no consigue la «remontada electoral», se irá «sin fracturar el partido y sin hacer ruido».
Esas fueron las principales armas arrojadizas durante todo el debate, pero también se enzarzaron por el modelo territorial de España y por la relación con Podemos, y se acusaron mutuamente de mentir.

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López trató de mediar entre ambos, aunque también repartió algún golpe, principalmente a Sánchez, al que le dijo, irónico: «Me parece muy bien que incluyas mis ideas en tu programa si tú no tienes».

Muy dura con Sánchez, la ‘baronesa’ le espetó: «Tu problema no soy yo, Pedro, tu problema eres tú. Cuando la gente no se fía de ti, deberías hacértelo ver». «El problema es que de la Ejecutiva sólo quedan siete trabajando contigo. José Luis Rodríguez Zapatero ya no se fía de ti y Felipe González también piensa que lo has engañado», añadió la andaluza, que en un momento del debate lanzó un irónico «no mientas cariño» al ex secretario general.

Sánchez echó en cara a Díaz que le cuestionara constantemente cuando era secretario general y criticó a un PSOE «de notables y no de militantes», y esta cargó contra él por sus «vaivenes».