El grupo Carreras, con presencia en Panamá y México, no descarta abrir nuevas unidades de negocio, aunque sin abandonar la obra civil y las promociones de vivienda en Mallorca.
Óscar Carreras es el consejero delegado de la empresa familiar, fundada por su padre, que desde siempre hace una apuesta clara y decidida por la garantía de calidad y el trabajo bien hecho. La empresa, en este sentido, fue pionera en las Islas en obtener el certificado AENOR de gestión de calidad de acuerdo con los requisitos de la norma ISO-9002. Cuenta también con el certificado AENOR en gestión medioambiental según la norma ISO-14000 y el certificado de sistema de gestión de seguridad y salud en el trabajo según las normas OHSAS-18001.
“Mi padre llegó en el año 1972 a Mallorca para la construcción de la urbanización Don Mateo, que luego se convertiría en Puig de Ros y sa Torre, en Llucmajor. Sin embargo, la crisis de 1973 hizo quebrar a la promotora de la urbanización, que abandonó la isla dejando a la constructora de mi padre con todas las deudas del personal y proveedores. Mi padre tomó la decisión de quedarse y afrontar las deudas con todos los proveedores que, a día de hoy, siguen siéndolo del Grupo Carreras”, explica Óscar sobre los inicios de su padre en la isla.
Salvada la empresa, inicialmente trabajó como subcontratista, pero no tardó en conseguir trabajar para las grandes constructoras españolas. Adquirió la experiencia necesaria y fue en 1989 cuando se fundó formalmente Pavimentos y Hormigones Carreras, empresa matriz del Grupo Carreras. Y fue entonces cuando se interesó por convertirse en contratista de la Administración pública.
La empresa ha experimentado numerosos cambios, pero nunca ha abandonado la obra civil. “Era nuestra columna vertebral y lo continúa siendo”, afirma, aunque Grupo Carreras domina también el mercado local de las promociones inmobiliarias. Respecto a la obra civil, la empresa está capacitada para cualquier obra y han realizado carreteras, puentes, depuradoras... “Menos aeropuertos, hemos construido de todo”, afirma Óscar.
El paso de la obra civil a las promociones inmobiliarias fue natural, fruto de la evolución lógica. La empresa construía edificios de viviendas de protección oficial (VPO) y un rápido pero concienzudo análisis fue suficiente para determinar que era una buena opción y convertirse en promotores inmobiliarios. “La opción de manejar todo el circuito, desde la construcción hasta la comercialización, nos pareció interesante. Estábamos convencidos, como así fue, de que éramos capaces de ofrecer un buen producto”, explica el consejero delegado.
Sobrevivir a la crisis no ha sido trabajo fácil. Óscar Carreras, aunque consciente de las dificultades, se muestra satisfecho de la travesía efectuada.
“Nos hemos reinventado. Aunque ha bajado muchísimo la obra pública, ha continuado haciéndose. Tuvimos que reajustar la empresa y especializarnos en obras de mantenimiento y rehabilitación de redes de distribución de agua y gas. Por la parte de edificaciones, la vivienda de protección oficial aguantó un poco más que la vivienda libre, aunque también acabó cayendo. Nos reestructuramos y vimos que habíamos acertado al decidir salir de Balears. Estamos en Panamá y en el Caribe. En 2005, el precio del suelo estaba disparado. Buscamos lugares en los que el suelo fuera más económico y pudiéramos hacer un producto en el que éramos especialistas. Es lo que hicimos en Panamá. Allí se hace mucha producción de lujo, pero nosotros encontramos un nicho de mercado en las viviendas para los ciudadanos locales. Nos dedicamos al panameño de clase media o incluso media baja”, explica Carreras.
La empresa continúa en Panamá y ahora también hace viviendas de alto standing, sin llegar al gran lujo. El modelo de funcionamiento es radicalmente diferente, puesto que allí solo tienen personal de gestión. “La obra, propiamente dicha, la hacen empresas subcontratadas. Nosotros aportamos el conocimiento”, señala.
El consejero delegado de Grupo Carreras afronta el futuro con optimismo después de la evidente mejora del acceso al crédito. “Durante muchos años hemos estado con un mercado cautivo, que no tenía acceso a la financiación, pero ahora se ha abierto, al menos un poco. Los bancos están financiando hasta un 80% del precio de venta, por lo que el comprador local ha de tener mucho dinero en el bolsillo para poder comprar una vivienda. Hay demanda, que es siempre lo más importante”, argumenta.
Carreras considera que desde las instituciones debería permitirse optimizar el suelo. “Queremos construir más número de viviendas para el mismo número de habitantes. Es decir, optimizar el suelo. El modelo de familia que teníamos hace quince años era una pareja con dos hijos. Hoy, el modelo es mucho más heterogéneo. En un mismo edificio deberían permitir la construcción de más viviendas, aunque no variara el número total de habitantes. De esta manera, no masificas. La tendencia en Europa es esta: pisos más pequeños”, afirma Carreras, que asegura que en Palma las altura “estan mal aprovechadas”.
La empresa ya ha acabado las dos primeras fases de una promoción en es Pil·larí y ahora se está construyendo la tercera, que contempla 51 viviendas y 10 locales, que se entregarán de forma periódica hasta mayo de 2019. En total, Grupo Carreras habrá construido 350 viviendas en es Pil·larí. Grupo Carreras Carreras deja siempre en la fachada de los edificios su sello personal, puesto que el logo de la empresa es perfectamente visible. De igual forma, en la plaza realizada por la empresa en la urbanización se puede ver el logotipo de la empresa, como muestra de orgullo por el trabajo realizado. Además, próximamente iniciará una promoción de 28 viviendas en la zona de los colegios de Palma, al lado de la Avenida Picasso.
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Se ha olvidado decir los sueldos de pena que pagan a sus empleados...