Wifredo Lam nació en el año 1902 en Sagua la Grande (Cuba) y, un
siglo después, el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y la Obra
Social i Cultural de «Sa Nostra» han decidido celebrar
conjuntamente el centenario de uno de los artistas cubanos más
internacionales. De este modo, esta tarde a las 20'00 horas se
inaugurará en la Sala de Cultura de la entidad financiera en
Eivissa la exposición «L'ull del tigre», una muestra que pretende
analizar la evolución artística de Lam a partir de su producción de
dibujos comprendida entre los años 1943 y 1958 y que permanecerá
abierta al público hasta el próximo día 4 de marzo.
Todas las obras exhibidas en la isla pertenecen a los fondos del
Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y hasta Eivissa se ha
desplazado el comisario de la muestra, Roberto Cobas, quien mañana
miércoles a las 20'00 horas ofrecerá una conferencia en la misma
sala de «Sa Nostra» sobre el pintor cubano titulada «Wifredo Lam:
la aventura de la creación». El propio Cobas afirma, en uno de los
textos del catálogo editado con motivo de la exposición, que
«ninguna obra irradia mayor luz al conocimiento íntimo del proceso
creativo de una artista que sus dibujos», una afirmación que,
trasladada al pintor objeto de la exposición lleva a Cobas a añadir
que, en el caso de Lam, «sus dibujos constituyen, sin duda alguna,
la piedra angular sobre la que descansa un método creador de
'tanteos y aproximaciones', punto de partida de muchas de sus obras
más significativas».
Por su parte, Moraima Clavijo Colom, directora del Museo
Nacional de Bellas Artes de Cuba, indica que estos dibujos
«conducen de forma certera a su universo plástico mayor y navegan
paralelos a las obras más conocidas, de gran formato y diferentes
técnicas, que les fueron contemporáneas». Asimismo, Clavijo
recuerda la gran importancia que tuvo el concepto del mestizaje
durante toda la evolución artística de Wifredo Lam y que es
claramente visible en muchas de sus obras. Así, la directora del
Museo Nacional de Bellas Artes señala que Lam viajó a Haití antes
de regresar a su Cuba natal, que pasó por París y que resultó muy
influido por las máscaras africanas. El resultado de esta
combinación puede contemplarse desde hoy en «Sa Nostra».
Un viaje a Cuba de ida y vuelta
Wifredo Lam abandonó Cuba en 1923 rumbo a España, país en el que
permaneció hasta 1938. Dos años antes de esta fecha, tiene su
primer contacto con el cubismo al presenciar una exposición
itinerante de Picasso en Madrid, ciudad que dejó atrás camino de
París, lugar en el que entró en contacto con lo más destacado de la
intelectualidad europea de vanguardia. La capitulación francesa
ante el ejército alemán obliga a Lam a abandonar París e iniciar un
viaje de regreso a Cuba que duraría siete meses y que incluyó el
encierro durante cuarenta días en el campo de concentración de
Lazareto, en La Martinica. En 1952 regresó a París, aunque
visitando Cuba con frecuencia, isla a la que fue invitado por el
nuevo gobierno revolucionario en 1963. Lam falleció en París el 11
de septiembre de 1982.
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