Ediciones Linteo acaba de publicar en su nueva colección de poesía,
que dirige Antonio Colinas, dos obras fundamentales de Ricardo
Molina, «Corimbo» y «Elegía de Medina Azahara». El primero recibió
el Premio Adonais en 1949, y el segundo está considerado por la
crítica como una de las cimas de su breve producción poética.
Creador del grupo «Cántico», uno de los movimientos literarios más
importantes de la posguerra, Molina visitó Eivissa a mediados de
los años cincuenta para ver a algunos familiares que residían (y
aún residen) en ella, entró en contacto con algunos escritores
locales, como Villangómez, y escribió un poema dedicado a la isla
que publicó en su libro «A la luz de cada día».
Flora Molina, su sobrina y actual heredera de su patrimonio
literario (residente en Eivissa desde hace años) ha facilitado a
Ultima Hora Ibiza y Formentera la foto de Ricardo
Molina que ilustra esta noticia, así como el tomo de su «Obra
poética completa» en el que figura el poema que el prestigioso
poeta andaluz dedicó a la isla. Titulado simplemente «Ibiza», el
texto reza así:
«Ni flor ni amor. Para tan corto día
sería malgastar la vida en sueños.
Tierra impelida en monte hacia la altura
o cumbre apasionada hacia los cielos.
Toco en la enhiesta roca abrasadora
creación virginal. A Dios presiento
en la alta soledad de azul y cima.
A vida nueva y nueva luz despierto.
Ibiza soñolienta frente a España
adormece en su paz al sentimiento,
lo purifica y lo dilata. En ella
cumbre desnuda y libre luz aprendo.».
Ricardo Molina (Puente Genil, 1917-Córdoba, 1978), estudió
Filosofía en Sevilla y residió en la capital cordobesa, entregado a
la docencia y a la creación, hasta su prematura muerte a los 50
años. Promueve, junto con Pablo García Baena y Juan Bernier, desde
1947, la innovadora revista «Cántico», en cuya dirección colectiva
y continuidad sería una pieza clave, al tiempo que realiza una
vasta labor ensayística en la prensa de su ciudad.
De su relación con el poeta ibicenco Marià Villangómez hay otro
testimonio en el legado de Ricardo Molina que obra en poder de su
sobrina Flora. Un poema mecanografiado del autor de «L'any en
estampes», en la versión original y la traducción al castellano;
ambos para ser publicados en la revista «Cántico», cuya estética
culturalista supuso un frente crítico para la poesía dominante en
la España de los años 40 y 50, la conocida como «Poesía social»,
cuyos nombres más representativos fueron Gabriel Celaya y Blas de
Otero. Además de su labor como poeta, Molina también desarrolló una
notable labor ensayística, en la que destaca «Mundo y formas del
cante flamenco», escrito en colaboración con el cantaor Antonio
Mairena.
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