Si en anteriores encuentros había disfrutado de ocasiones y había pagado su falta de pegada, en esta ocasión sucedió lo contrario. Tuvo muy pocas, pero acertó con la portería de un filial azulgrana que dominó prácticamente todo el choque.
El equipo celeste ofreció una imagen totalmente antagónica a la habitual. Juan Carlos Carcedo apostó por un sistema diferente para medirse al cuadro azulgrana. Cambió a un 4-4-2 para dar cabida a sus dos arietes: Rodado y Castel. Ambos jugadores atraviesan un buen momento y , sobre el papel, parecía una buena idea juntarlos para disponer de más pegada en ataque.
El problema es que los azulgrana se hicieron dueños del balón. A los unionistas les quemaba el balón en los pies. Pese a todo, fueron capaces de adelantarse en el marcador en una acción a balón parado. Pasado el primer cuarto de hora, Javi Lara ejecutó un córner desde la banda derecha y Manaj introdujo la pelota en su propia portería.
El Barça B no se arrugó pese al jarro de agua fría recibido. De hecho, acrecentó su dominio ante una Udé que no se encontraba nada cómoda sobre el terreno de juego. Sin la batuta de Manu Molina, sancionado, ni la presencia de Javi Pérez, que veía el partido desde el banquillo, el centro del campo unionista carecía de imaginación. Con Pardo y Sibo se intentaba gozar de una mayor presencia física en el centro del campo, pero lo cierto es que los canteranos barcelonistas no se achantaban lo más mínimo ante ello.
Las tablas
Finalmente, y a pesar de que el control visitante no se estaba traduciendo en ocasiones clamorosas de gol, el equipo de García Pimienta niveló la contienda. A la media hora de juego, Konrad condujo el balón hasta la frontal y se lo cedió a Peque, que tuvo tiempo de acomodarse la bola y ejecutar un disparo que besó el fondo de la portería defendida por Germán.
Pintaban mal las cosas para los pitiusos, que estaban a merced y carecían de su sello de identidad. Sin embargo, la UD Ibiza se las ingenió para aguantar bien el tipo y cerrar espacios, lo que provocó que no hubiera más ocasiones de gol en el resto de una primera parte que había ofrecido bastantes dudas por parte del conjunto de Juan Carlos Carcedo.
A la vuelta de vestuarios, ninguno de los dos contendientes realizó cambios. Las piezas fueron las mismas y el juego, también. Al igual que en el último cuarto de hora, las ocasiones brillaban por su ausencia. Collado, desaparecido en todo el duelo, probó fortuna a los cinco minutos con un disparo que se estrelló contra un zaguero. A partir de entonces, nada de nada.
En el 65, Carcedo realizó un doble cambio. Retiró a Rodado y Sibo para dar entrada a Ekain y Davo, y lo cierto es que el cuadro celeste mejoró notablemente. El filial del Barça ya no era el claro dominador de la pelota y los unionistas empezaron a asomarse por el área.
La Udé avisó con dos centros que a punto estuvieron de cabecear en el área pequeña tanto Ekain como Goldar. Luego, Castel remató a las nubes un buen saque de esquina de Javi Lara.
Empezaba a achuchar el cuadro local y, por primera vez en todo el partido, daba la sensación de que podía marcar. Y, de hecho, lo acabó haciendo. El propio Castel aprovechó un rechace a la salida de un córner para ajustar la pelota junto al palo izquierdo de Arnau.
Ver para creer. En el, posiblemente, peor partido del curso en casa, el equipo pitiuso se apuntaba los tres puntos ante un rival de enjundia. El tanto de Castel fue ya definitivo. La UD Ibiza reafirmó su liderato en su grupo de la fase de ascenso y dio así un paso de gigante hacia las eliminatorias directas por el salto de categoría.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.