La droga intervenida en los domicilios de los sospechosos, así como el envío camuflado que se iba realizar a Valencia, ayer, expuestos en Comisaría. g Foto: IRENE G. RUIZ

El envío, tras ser abierto con autorización judicial, resultó contener 67 gramos de «cristal» de éxtasis. Toda esta droga iba dentro de una bolsa oculta entre dos cuadernillos que, a se vez, habían sido embalados con plástico. Ninguno de los acusados tenía antecedentes
La confirmación de las sospechas recabadas contra A.P.A., natural de Madrid y de 34 años, asÍ como de su pareja, J.P.B., una conocida responsable sindical de 43 años nacida en Palma, tuvo lugar en los distintos registros domiciliarios que se llevaron a continuación y en los que también se determinó la conveniencia de detener a un tercer empleado: F.J.M.G., natural de Cádiz y de 29 años. En dichos registros se intervinieron otros 273 gramos de «cristal», 57 de marihuana y 56 de hachís. Los agentes, asimismo, se incautaron de teléfonos móviles, un ordenador portátil, cámaras de fotos y diversa documentación que estaba previsto examinar antes de que los acusados pasen a disposición judicial.

Un equipo de agentes del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) y del Grupo de estupefacientes de Comisaría estaban coordinándose desde el pasado mes de noviembre en las distintas tareas que se emprendieron al tenerse indicios de que un número indeterminado de empleados de la oficina de Vila «podía valerse de su condición para tanto remitir como recibir envíos postales que ocultarían diversas cantidades y tipos de sustancias estupefacientes», según explica una nota de prensa.

Estas actuaciones tuvieron que hacerse con especial sigilo al no saberse quiénes podían estar formando el grupo. Los agentes, además, tuvieron que valerse de distintas técnicas para conocer el alcance de sus operaciones porque los investigados, según añade esta misma notas de prensa, «conocían perfectamente la operativa para efectuar este tipo de envíos y cómo burlar los controles a los que éstos podían estar sometidos».