José de la tienda Tsunami de Cala de Bou, en Sant Antoni, mientras hace un tatuaje a uno de sus clientes. | Alicia Mateos

Como recuerdo muchos de los turistas que llegan a la isla optan por llevarse un souvenir o algún producto típico, mientras que otros optan por hacerse un tatuaje para toda la vida. En Eivissa se muestra el tatuaje como parte de una cultura que cada vez se consolida más y hace que los extranjeros se animen a llevarse un recuerdo definitivo de la Isla.

«Hay muchos extranjeros que se tatúan algo para llevarse un recuerdo de la Isla, en mi tienda se suelen tatuar por ejemplo ‘Ibiza 2013’ la lagartija o, incluso, logos de discotecas, sobre todo las típicas cerezas de Pacha», afirma José, tatuador y dueño de la tienda Tsunami en Cala de Bou.

El tatuaje forma parte de la personalidad de cada persona y muchos deciden marcarse el cuerpo después de alguna vivencia o experiencia, ya sea buena o mala. Llegar a Eivissa de vacaciones para muchos turistas es una experiencia de lo más esperada e incluso van en grupo a hacerse el mismo tatuaje con el fin de poder recordar el viaje compartido toda la vida.

«A veces, para algunos tatuarse es como entrar a un supermercado a comprar algo. He tenido casos en los que me han venido a lo loco y sin pensárselo, pero yo intento siempre aconsejarles en todo lo que puedo», comenta José de la tienda Tsunami.

Ahora en verano la gente suele tatuarse mucho más debido que pueden enseñar más partes del cuerpo y así exhibir su obra de arte sobre la piel en la playa o en la calle. Es parte del arte en general y de una cultura que muestra los sentimientos más personales de cada uno, desde nombres de familiares, viajes o, en muchos de los casos, sin ningún motivo alguno.