Los bailes payeses fueron de lo más fotografíado durante toda la jornada | Marco Torres

Bajo los flashes de las cámaras de fotos y de los teléfonos móviles, Santa Agnès salió pasada la una de la tarde de su iglesia para salir en procesión. Junto a ella, la Virgen del Rosario, San Pablo y San Antonio Abad. Y fuera, en la puerta y desafiando al frío viento del norte, cientos de personas expectantes por ver el inicio de la fiesta patronal de Santa Agnès de Corona.

Nadie se lo quería perder, ni las personas mayores vecinas del lugar, ni aquellos que nunca lo habían visto y que disfrutaban en la grada improvisada en que se convirtió la terraza de la cafetería Can Cosmi.

Muchos de ellos se asombraron más aún cuando, llegando desde el campo de fútbol aparecieron los siete carros de caballos, encabezados por el veterano Bartolomé, de 74 años. A bordo de ellos, iban los balladors y los resonadors de los cuatro grupos folclóricos pitiusos que animaron toda la jornada con sus bailes y sus músicas.

Fueron ellos los que se llevaron los mayores aplausos de los asistentes, cuando hicieron sus tradicionales bailes en frente de la iglesia del pueblo. Bueno, ellos y los concejales del Ayuntamiento de Sant Antoni, cuando aparecieron con bandejas de bunyols y vi pagès que llegado el mediodía había que reponer fuerzas.

Después, la fiesta continúo con la inauguración en la casa payesa Can Pujol, habilitada como una especie de museo etnológico, de una exposición de herramientas tradicionales.

Finalmente, el día terminó con una velada en la carpa, junto al aparcamiento público en la que actúo la banda de Sant Antoni Ses Genetes Peludes y los formenterenses 4 de Copes.