En los registros del trastero que los dos detenidos utilizaban como almacén los agentes intervinieron 13.100 pastillas, 3 kilos de ‘cristal’, hachís, marihuana y dinero.

Utilizaban una niña de dos años para no levantar sospechas durante las transacciones de estupefacientes entre Eivissa y Barcelona. Así operaban dos integrantes de una organización dedicada al tráfico de drogas de diseño en zonas de ocio y festivales de música de la capital catalana y Eivissa.

Según informaron ayer fuentes policiales, los dos fueron detenidos en Barcelona tras un seguimiento que llevó a los agentes hasta una trastero que utilizaban como almacén. En este punto la policía se incautó de 13.100 pastillas de éxtasis, tres kilos de ‘cristal’ y 28 litros de ketamina líquida, 51 gramos de ketamina sólida, 73 gramos de hachís y 25 gramos de marihuana. Asimismo, les intervinieron cuatro básculas de precisión, una termo selladora, un turismo de alta gama y una motocicleta.

La operación se activó tras seguir la pista de un grupo que, de forma organizada, distribuía drogas de diseño en la provincia de Barcelona. Entre ellos había dos que no tenían actividad laboral conocida y llevaban un alto nivel de vida. Los movimientos de estas dos personas se incrementaron a principios de verano, cuando detectaron los primeros viajes a Eivissa para cerrar tratos con otros narcotraficantes de la isla.

Los contactos con otros grupos de narcos se daban siempre en lugares donde pudieran detectar fácilmente una eventual vigilancia policial. Para pasar desapercibidos, en las compraventas solían ir acompañados de una niña de dos años.

La investigación ha concluido con el arresto de los dos investigados como presuntos responsables de un delito contra la salud pública.