La juez Clara Ramírez de Arellano, máxima responsable del Juzgado de lo penal número 1 de Eivissa, ha resuelto con una condena de un año de prisión el caso de un dentista alemán, sin oficio en la actualidad, que fue detenido por la Guardia Civil en Marina des Figueral, en Sant Carles, tras requisarse en su domicilio 314 plantas de marihuana. El acusado, de 66 años, afirmó durante su juicio que el cultivo lo había realizado con «fines medicinales» ya que la marihuana le ayudaba a paliar los efectos de la abstinencia por sus problemas de alcoholismo.

Envoltorios

La juez, sin embargo, ha entendido que, independientemente de todo, dicha persona se estaba dedicando a traficar.

Dicha resolución se acordó tras valorar la cantidad intervenida y la existencia de marihuana distribuida en envoltorios, práctica propia de las personas que se dedican a este comercio.

La droga intervenida alcanzó, en concreto, los ocho kilos. Casi cinco y medio se obtenían una vez desechados los sobrantes como las raíces y las ramas. Junto a las 314 plantas decomisadas, se intervinieron otros dos y medio que estaban repartidas en 32 envoltorios.

El acusado, que también aseguró que su tratamiento de marihuana le ayudaba a combatir los dolores que sufría a consecuencia de un accidente que tuvo en su día, explicó que consumía entre 15 y 20 gramos diarios.

Pese a todo, la juez señaló que la jurisprudencia española entiende que lo normal para personas con grave dependencia a esta sustancia es un consumo medio diario de cinco gramos. En este caso, además, se ha aplicado la atenuante de dilación indebida del proceso porque el dentista estuvo un año esperando el resultado del análisis de la marihuana aprehendida.