La sospechosa, ayer, acompañada de un agente del EDOA de la Guardia Civil de Eivissa, sale del juzgado antes de ingresar en prisión. | Marco Torres

El juez José Espinosa, titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Eivissa, ordenó ayer el ingreso en prisión sin fianza de la penúltima persona que quedaba por detener en relación a la investigación de la Guardia Civil que en noviembre del año pasado sirvió para desmantelar una red de narcotraficantes colombianos de Formentera.

La sospechosa, apresada ayer, es la mujer del principal cabecilla de la trama desmantelada en la denominada operación Tristón (26 detenidos). Éste continúa fugado. Su pareja viajó ayer expresamente a Eivissa para entregarse en el juzgado después de tomar un vuelo que le llevó hasta la Isla.

En su declaración ante el magistrado José Espinosa, la acusada, de 37 años, negó cualquier relación con una red de narcotraficantes asentada en Formentera y dijo que se había ido a Colombia a tratarse de una enfermedad pocos días antes de que se llevaran a cabo las detenciones en esta isla. Según esta misma versión, fue mucho después cuando se enteró de que estaba en busca y captura. La mujer, asimismo, indicó no saber de los «negocios» a los que podía dedicarse su marido y añadió que hacía tiempo que desconocía su paradero.

Todo indica, sin embargo, que dicha persona decidió entregarse cansada de estar más de medio año presionada y pendiente de que su paradero fuera localizado en cualquier momento por agentes del Equipo de Delincuencia Organizada Antidroga (EDOA), al igual que hizo meses atrás otra colombiana que se entregó en un juzgado de Valencia.

Una persecución hasta el final

Sólo queda el principal cabecilla de la red por detener y en la Guardia Civil se tiene claro que dicha persona tarde o temprano caerá. Los agentes no han cejado de seguirle la pista a sus movimientos a dicho sujeto. «No vamos a parar hasta cogerlo», dijo un agente antidroga de Eivissa.