Antonio, propietario de un apartamento en el edificio Mediterráneo del Paseo Juan Carlos I, no ha tenido otra opción que trasladarse con su familia a casa de un amigo tras llegar de Barcelona. La razón es que la situación se ha hecho insostenible después de que hace casi un mes -el 23 de febrero- se encontrara muerto a su vecino y no se desinfectara, al parecer, convenientemente la vivienda de éste. «El olor es insoportable y las condiciones de higiene que existen ponen gravemente en riesgo nuestra salud», comentó el principal afectado.

El caso terminó en el juzgado mientras los vecinos han hecho desde entonces todo lo posible por sobrevivir. El portero precintó la puerta de la casa del fallecido, un residente alemán cuyo cadáver fue hallado en avanzado estado de descomposición, y el personal de limpieza colocó ambientadores electrónicos en los pasillos. Tres días después de hallarse el cuerpo se presentó una denuncia en el juzgado de Instrucción número 1 de Eivissa. La situación, sin embargo, ha ido empeorando por la demora. Hasta ayer, y tras la movilización, no había ninguna resolución: la de avisar al consulado alemán para autorizar la entrada. Para este simple trámite el juzgado ha necesitado un mes.