Algunos jóvenes británicos continúan con la extraña costumbre de lanzarse a la piscina desde los balcones y terrazas de los hoteles de Sant Antoni y matarse en el intento. Ayer falleció otro, el tercero de este verano, dos británicos y un alemán que padecía sonambulismo. Según fuentes policiales, R.W., de 21 años, estaba poco después del mediodía junto con otro joven compatriota en una terraza del tercer piso de los Apartamentos Azul, en la calle Isidoro Macabich de Sant Antoni.

Ambos estaban ebrios, habían tomado éxtasis y habían pasado toda la noche de fiesta. Poco antes de arrojarse, el fallecido había descansado unos minutos sobre la cama, según sus amisgos.

La Policía Local de Sant Antoni piensa que al regresar a los Apartamentos Azul continuaron la fiesta en la terraza, ya que cuando acudieron los agentes encontraron el área repleto de botellas, unas llenas y otras vacías. En un momento dado, R.W. saltó a la piscina, pero se quedó corto y chocó de cabeza contra el hormigón y se mató al instante.