700 hectáreas de terreno destruidas es el balance provisional del incendio más importante que se ha producido este año en Balears y que ha afectado a las localidades de Artà y Capdepera, en Mallorca. El siniestro se inició en la noche del pasado viernes y su gran dimensión impidió que los numerosos efectivos que actuaron pudieran ayer controlar las llamas. El hecho de que se localizaran varios focos a gran distancia entre ellos demuestra en primera instancia que el fuego puede ser intencionado.

El viento facilitó la propagación de las llamas. Los efectivos que actuaron en la labor de extinción se vieron obligados a ordenar el desalojo de varias viviendas, aunque por fortuna no hubo que lamentar ningún herido. El fuego se inició en el término de Cala Torta, en Artà, pero las llamas se fueron desplazando hacia la localidad de Capdepera. El fuego estuvo activo durante la noche, a pesar de la actuación de los efectivos que intentaron extinguirlo sin éxito.

En las labores de extinción participaron todos los medios aéreos y terrestres que disponía la Conselleria de Medi Ambiente, con la colaboración de los bomberos de los parques de Manacor y Artà, voluntarios de Protección Civil y policías locales de los municipios afectados. La consellera de Medi Ambient, Margalida Rosselló, acudió a primera hora de la mañana de ayer al lugar del incendio, que también fue visitado por el president del Govern, Francesc Antich, que se vio obligado a cambiar su agenda ante la gravedad de la situación.