Casi un año después de las elecciones municipales, el portavoz de la oposición, José Sala Torres (Sant Antoni, 1952), analiza la actuación del equipo de gobierno tripartito portmanyí en estos primeros meses de legislatura.

— ¿Qué partido de los tres del equipo de gobierno manda más, a su entender?

— Sinceramente creo que por igual. Creo que sólo en una cuestión, relativa a la normativa urbanística cuando se aprobó el decreto 1/2016 de medidas urgentes, dividieron el voto, aunque en el último pleno todos votaron a favor de pedir la modificación de esta normativa. Me consta que algún grupo ha retirado alguna propuesta porque los otros no estaban a favor, lo que me hace pensar que están comprometidos en dejar de lado los temas en los que no están de acuerdo.

— ¿Cree, entonces, que el alcalde Cires lleva la voz cantante del tripartito?

— Creo que no lo suficiente, porque el pacto provoca que tengan que buscar la unanimidad y el alcalde no pueda ejercer todas las facultades que le corresponderían.

— ¿Todavía cree que si el PP y el PSOE se hubieran entendido le habría ido mejor a Sant Antoni?

— Sí, creo que sí. Estoy convencido de que habría ido mejor, o por lo menos se habría avanzado más en algunas cuestiones que están paralizadas.

— ¿A qué temas se refiere?

— Nuestro compromiso y el mío es el de colaborar con aquello que haríamos de la misma manera, y en las cuestiones más importantes, como el urbanismo y el plan de regeneración, estamos colaborando sin reservas. Luego hay otras cosas en las que estamos dispuestos a colaborar y en las que hemos estado de acuerdo pero los resultados no son los que nos gustarían. Como el concurso del servicio de aguas, que ya estaba en disposición de publicarse al final de la legislatura. Se nos preguntó si estábamos de acuerdo en no municipalizar la red de agua Es Vedrané al norte del municipio, en la que los vecinos estaban muy interesados, y dijimos que si era para sacar el pliego más deprisa estábamos de acuerdo, a pesar de que queríamos que dejaran la partida en el pliego para municipalizar aquélla y otras redes que, quizás, son más urgentes. Ahora resulta que estamos estudiando mancomunar el agua con Vila, pero dudo que los beneficios puedan ser mayores que la celeridad en aprobar este concurso, que tiene una inversión en obras hidráulicas de 5 o 6 millones de euros. Yo estaría de acuerdo en hacer una mancomunidad para toda el agua de la isla, pero entre dos municipios bastante desiguales no creo que los resultados puedan ser muy buenos. El retraso es injustificado y muy perjudicial para el municipio, y lo mismo pasa con la basura. Hemos colaborado con el pliego y hemos estado de acuerdo para que se encargue uno nuevo, pero han introducido un elemento que no nos gusta. El Ayuntamiento mantiene una deuda con FCC por la inversión que hizo con la nave donde tiene los vehículos, hizo una para el Ayuntamiento y urbanizó la zona. Ahora, esta deuda de dos millones de euros reconocida en el plan de estabilidad, pretenden amortizarla invocando a que la nueva contrata que entre si tiene que subrogarla no lo hará en las mismas condiciones. Son dos millones de euros que se están quitando de inversión municipal, por lo que no estamos de acuerdo.

— En su época de alcalde, ¿usted pasaba los tiques de zona azul y los desayunos a las arcas municipales?

— Es anecdótico pero también indicativo que todo lo que antes se criticaba, ahora se ha acentuado más. Nadie había pasado estos tiques, nunca. Ni siquiera cuando sólo se cobraban dietas, que fue cuando yo era alcalde. El único que cobraba era yo, y con dedicación parcial. Otra cosa es pasar tiques de una comida institucional, como cuando vas a cenar con los directivos del servicio de aguas o con una empresa de cruceros, pero tiques de aparcamiento, de kilometraje o de tu desayuno nunca lo había visto.

— ¿Piensa que es compatible el cargo de alcalde con el de presidente del Club Náutico? ¿Si estuviera en su situación habría renunciado a la presidencia de es Nàutic?

— Yo habría renunciado. Cuando entré de alcalde, una de mis concejales, Pepa Costa, era secretaria o vicepresidenta de la asociación de hostelería y le pedimos que dimitiera. Con esto no quiero decir que sea incompatible, es una cuestión personal, pero creo que estaría bien visto que no se compatibilizaran los dos cargos, porque la incidencia del Club Náutico en el municipio es muy importante.

— ¿Entiende que el alcalde pida que dejen de llegar al puerto de Sant Antoni barcos de mercancías y pasajeros y que se transforme en un puerto sólo para yates mientras sigue presidiendo Es Nàutic?

— Si tiene que ver con ser el presidente del Club Náutico no tendría que ser así, independientemente de lo que queramos para nuestro puerto. Nosotros el otro día nos llevamos una sorpresa cuando nos dijeron que estaban en contra de que vengan cruceros a Sant Antoni, con excusas de que no hay navieras interesadas. Todos sabemos que hay porque han venido aquí a interesarse. A mí me gustaría que toda la oferta complementaria se manifestara al respecto, porque el impacto que crearía la llegada regular de cruceros sería importantísima y serviría de complemento ideal de la oferta hotelera del todo incluido.

— ¿Usted tiene claro si estará permitido beber un refresco o un zumo por las calles de Sant Antoni?

— Votamos en contra de la aprobación inicial de la ordenanza, no sólo por su contenido sino también porque se ha querido hacer deprisa, corriendo y con calzador. En el primer texto que vimos de la ordenanza se mantenía que en determinadas horas y circunstancias, la prohibición era para todo tipo de bebidas y dijimos que con esto no podíamos estar de acuerdo. Se ha ido matizando en textos sucesivos pero no creo que se puedan dejar elementos valorativos a criterio de la policía, que es lo que se pretende. Las bebidas alcohólicas ya estaban prohibidas y las no alcohólicas es imposible prohibirlas y no creo que se tenga que hacer. Me parece excesivo e imposible legalmente.

— Con este cambio normativo el equipo de gobierno quiere evitar la proliferación del botellón y de la suciedad. ¿En Sant Antoni se ha tenido, históricamente, manga ancha con los incívicos?

— Creo que no. Que las circunstancias nos han sobrepasado en alguna ocasión sí que es cierto, como cuando se dijo que en la anterior legislatura con los expedientes de venta ambulante. Esto ha pasado muchas veces, pero es que a los vendedores ambulantes, ¿por qué les has de abrir un expediente si no hay ninguno que tenga capacidad económica para pagar las sanciones? En verano estamos desbordados y no se puede conseguir un cumplimiento total de las ordenanzas, pero no ha habido dejadez en ningún momento. Es cierto que nunca ha habido suficientes medios materiales y humanos, y algunas veces desbordados por los acontecimientos.

— ¿El incivismo se arregla con más presencia policial o poco se puede hacer porque a los turistas les da igual que les multen?

— Siempre he pensado que los elementos disuasorios son muy importantes por el tipo de incumplimientos que tenemos en Sant Antoni. Aquí no tenemos delincuencia mayor, sino incumplimientos de ordenanzas, trapicheos de sustancias al por menor y rateros. En campaña proponíamos que si no había medios policiales suficientes, se acudiera a la seguridad privada. Se llevaron las manos a la cabeza y ahora en Cala Salada para controlar el acceso contratarán seguridad privada. Igual se podría hacer para la puesta de sol, el West o para actividades concretas, quizás no sancionadoras pero sí disuasorias. Tampoco se ha querido contar con los agentes cívicos, que creo que era como mínimo una solución paliativa de la falta de policía. Y ahora también se ha desmantelado la unidad de menores, que creo que no es de recibo, y además se contrata una coordinadora de policía que es un cargo de confianza como asesora de la concejala pero que es como si fuera la jefa, que pensamos que es ilegal.

— Hablando de la coordinadora de policía, ¿Ángeles Gallardo debería seguir en su puesto tras haber sido contratada de manera irregular?

— Es evidente que pensamos que no. El jefe de la policía es una persona preparada, responsable y eficiente. Si ha tenido falta de efectivos no ha sido su culpa, su trabajo la ha hecho siempre bien a nuestro criterio. Lo que se le está haciendo es forzándolo a que esté incómodo, pensamos que no es lo adecuado ni lo correcto.

— La coordinadora y el jefe de la policía comparten despacho, pese a que Verdugo denunció en su día ante Fiscalía la contratación de Gallardo. ¿Puede funcionar el departamento de manera correcta pese a esta situación?

— No lo sé, pero la convivencia debe ser difícil y no deber ser bueno para el funcionamiento de la policía.

— Los comerciantes hippies del Passeig de ses Fonts continuarán este verano en la zona portuaria pero el año que viene se tendrán que trasladar. Estos vendedores culparon al PI y su vinculación con la asociación de comerciantes de Sant Antoni como únicos motivos de su traslado, ¿también piensa lo mismo? ¿Los habría cambiado de ubicación?

— No los habríamos cambiado y eso no quiere decir que no pensemos que hay que defender el comercio tradicional, pero pensamos que no le hace ningún daño. En cambio, es un atractivo turístico, a la gente le gusta comprar a la calle, como en Santa Eulària o el puerto de Vila. Ya se había intentado trasladarlos a s’Era d’en Manyà y lo más probables es que desaparezcan por este afán prohibitivo. Tenemos que tener en cuenta dónde estamos, de qué vivimos y no querer regularlo y controlarlo todo mediante la prohibición.

— ¿Qué hacemos con los pisos turísticos? ¿No serían buenos para Sant Antoni?

— Nosotros estamos en contra radicalmente, sobre todo por un tema de convivencia. No es en defensa de ningún colectivo pero entendemos que los pisos son para otras funciones que no son la explotación turística.

— El Ayuntamiento está inmerso en la elaboración de un plan estratégico para transformar el municipio. ¿Ve posible esta transformación o se quedará en papel mojado?

— Estamos colaborando intensamente. Lo primero es que haya medios económicos para llevar a cabo las actuaciones, y la otra es que se mantenga la unanimidad, no sólo en su redacción sino también en su gestión. Otro elemento importante es involucrar a la sociedad, que los ciudadanos sientan que es su plan. Es difícil, ya hicimos un master plan en mi primera legislatura, y en la segunda hicimos un plan muy completo siendo conseller Joan Serra y, lamentablemente, no tiró hacia adelante porque la oposición en Sant Antoni, el PSOE, lo boicoteó. Espero que todos estos documentos se puedan aprovechar y que el plan hable de diversificar y complementar la oferta turística, pero si lo que pretendemos cargarnos de un plumazo lo que hay y traer otra cosa, que no sé cuál es, mal. Aquí no queremos esta clase de turismo, son hooligans y borrachos, pero en Platja d’en Bossa son cojonudos. De campos de golf ni hablar porque son el diablo; si hablamos de cruceros, no queremos; hoteles de más categoría sí pero no con oferta complementaria de música y estas cosas... Eso sí, queremos vivir muy bien y ganar mucho dinero.

— En el último pleno consiguieron que el equipo de gobierno apoyara su moción para pedirle al Govern que deje continuar al Ayuntamiento la tramitación de sus normas subsidiarias. ¿Cree que lo conseguirán?

— Esta es nuestra intención pero lamentablemente tengo dudas de que así sea, porque he ido a reuniones con el equipo de gobierno y el Consell y no parece que haya nadie dispuesto a cambiar la ley. Además, la interpretación que se da desde Eivissa es mucho más restrictiva que la que se da en Mallorca a la disposición transitoria número 2 del decreto 1/2016 que impide la continuación de las normas subsidiarias. Al menos es lo que se me ha dicho, no lo digo con pleno conocimiento de causa. Es difícil tragarse que hasta el 31 de diciembre de 2017 no podemos hacer nada urbanísticamente, además de que puede interferir en el plan estratégico.

— ¿No confía en que el alcalde llame al conseller Pons?

— Sí que confío en que le llame, porque cuando el conseller era Joan Boned se hizo y me consta que la respuesta fue favorable. Ahora dudo de que sea así.