Los niños más pequeños del colegio Guillem de Montgrí de Sant Antoni disfrutaron y alucinaron a partes iguales con la visita de la castañera. | DE

Los niños más pequeños del colegio Guillem de Montgrí de Sant Antoni vivieron ayer una jornada matinal de lo más especial. Y no sólo porque su pequeño centro luciera durante todo el día con la decoración de Halloween gracias al tremendo trabajo de las madres de Sexto para que sus hijos se pudieran marchar de viaje de fin de curso, sino porque muchos de ellos conocieron por primera a dos castañeras.

Un momento que posiblemente recordarán muchos de ellos el resto de sus días y que además sirve para que tomen conciencia desde temprana edad de la importancia de las tradiciones de tots sants.

Aunque las protagonistas de recorrer todas las clases vestidas para la ocasión fueron Sandra y Vero, dos de las madres del centro, en esta iniciativa volvió a participar buena parte de la asociación de padres del centro. «Llevo tres años metiéndome en el papel de la castañera y no se quien se lo pasa mejor, si ellos o nosotras, pero realmente lo hacemos porque todo esto es muy importante para los niños, sobre todo los más pequeños, porque al final son el futuro de todos nosotros», comentó con una gran sonrisa Sandra, disfrazada tras una gran peluca gris y un traje negro.

Así, mientras estas simpáticas castañeras visitaban a los sorprendidos niños explicándoles quienes eran y que hacían allí, otro grupo de padres y madres encabezado por María José y Grata se afanaban en que todo estuviera perfecto. «Llevamos aquí desde las nueve de la mañana asando las castañas y después las iremos entregando como corresponde en cucuruchos de papel, pero todo esto ha empezado mucho antes, cuando los padres que año tras año nos involucramos en esta aventura fuimos a comprar las castañas y los frutos secos tradicionales de tots sants», comentaba con una gran sonrisa Maria José.

Excursión al bosque

Esta peculiar visita fue sólo una de las actividades preparadas por este centro para conmemorar el día de tots sants. La otra actividad y posiblemente la que más gustó a los alumnos más mayores fue la excursión que se programa anualmente al bosque y al merendero que hay junto al colegio y al polideportivo de Can Coix de Sant Antoni.

A la hora del recreo, casi puntuales, en torno a las 11.00 horas, y cantando muchos de ellos como si les fuera la vida en ello y a voz en grito aquello de «¡¡Halloween, Halloween, Halloween!!», todos los alumnos, divididos en grupos, fueron desfilando en ordenada fila hasta el bosque.

Allí bajo la atenta y discreta vigilancia de sus profesores disfrutaron con una divertida jornada de convivencia y juegos sin importar la edad ni el curso al que van, y donde, como no podía ser de otra manera, los grandes protagonistas fueron los frutos secos. «Todos los alumnos del colegio tenían que traer este día una bolsa con frutos secos con cáscara con el fin de que aprendieran de la forma más divertida posible que es lo que se hacía tradicionalmente en tots sants en Eivissa, y que no todo en estos día s tiene que ver con Halloween», bromeaba una de las profesoras.