La rotonda de Privilege, cerca del núcleo urbano de Sant Rafel, completamente anegada. | Toni Escobar

La red viaria de Eivissa volvió a ser una de las infraestructuras más damnificadas por las intensas precipitaciones de ayer. Dos tramos de la carretera del aeropuerto, a la altura de Can Fonoll y el túnel que pasa por debajo de Sant Jordi, permanecieron cerrados al tráfico después del gran chubasco que cayó en la zona entre las 11 y las 12 del mediodía.

El tramo de Can Fonoll fue el que más rápido volvió a entrar en funcionamiento, mientras que el túnel de Sant Jordi se abrió al tráfico pasadas las 19 horas. Hasta ese momento, los operarios de la empresa concesionaria de la vía estuvieron achicando agua. Mientras, el tráfico fue desviado por los ramales superiores. El cierre del paso subterráneo provocó numerosos atascos. Hasta 45 minutos tuvieron que esperar los conductores para recorrer el tramo comprendido entre Can Misses y el pueblo de Sant Jordi, de entre dos y tres quilómetros apenas.

Otro punto conflictivo fue la rotonda de acceso a la discoteca Privilege, en Sant Rafel. La elevada cantidad de precipitación acumulada en la zona alta del pueblo hizo que por los ramales adyacentes al túnel bajara una gran riada que inundó la rotonda y parte de la carretera entre Vila y Sant Antoni. Además, una motocicleta quedó atrapada en la cuneta, no se sabe si por una avería o por culpa de la lluvia.

Las rotondas del primer cinturón de ronda de Vila (E-10), también sufrieron las habituales acumulaciones de agua, con lo que el tráfico se ralentizó mucho a última hora de la mañana en la ciudad de Eivissa.

Al igual que sucediera el martes, este nuevo episodio de lluvias intensas causó numerosas incidencias por gran parte de la isla. Los Bomberos de Eivissa tuvieron que realizar una docena de intervenciones en diferentes puntos. En Jesús, Vila y Sant Antoni los trabajos se centraron en achicar el agua acumulada en un gran número de bajos anegados por los efectos del temporal.

Además, una dotación se tuvo que desplazar a media mañana a un camino de servicio de Sant Josep que había quedado cerrado al paso por el desprendiemiento de una roca de grandes dimensiones.

Entre las incidencias, también destacaron la retirada de diversos árboles que se vinieron abajo.

Por su parte, la Policía Local de Santa Eulària y las brigadas municipales tuvieron que atender diversos desperfectos causados por las fuertes lluvias.

Según informaron fuentes municipales, tuvieron que retirar dos árboles caídos en la vía que, afortunadamente, no causaron ningún herido. Uno de los árboles afectó un cable del tendido eléctrico en Can Bernat. Poco después, el suministro eléctrico quedó nuevamente restablecido.

En la zona de Jesús, el agua caída mezclada con el barro afectó especialmente la calle Ñandú. Las brigadas municipales trabajaron durante horas para sanear la zona.

Las mismas fuentes explicaron que los agentes de la Policía Local también acudieron a diversos pasos subterráneos afectados por el agua para controlar el acceso de vehículos y facilitar el trabajo de los bomberos.

En Sant Josep, el agua acumulada causó inundaciones de locales y bajos en zonas de Sant Jordi, Platja d’en Bossa i Cala de Bou. Los servicios municipales tuvieron que atender diversos desprendiemientos y diversas calles quedaron cortadas al tráfico durante varias horas por el agua acumulada.